Luego de saludar a autoridades de Madrid, Ronaldo, Sergio Ramos, Marcelo y los demás futbolistas dirigidos por Zinedine Zidane pasearon sobre un autobús descapotado con la copa alrededor de Cibeles, bajo una lluvia de confeti blanco y entre ovaciones de la multitud que gritaba “campeón, campeón” .
De allí, una caravana llevó al conjunto blanco hasta el estadio Santiago Bernabéu, donde proseguiría la fiesta varias horas en un recinto con capacidad para 81.000 personas que se había ido llenando desde la tarde.
Mientras descendían del autobús vestidos de traje y visiblemente contentos, los jugadores fueron recibidos con gritos de “campeones, campeones”. El capitán, Sergio Ramos, copa en mano, fue uno de los más aplaudidos por los madridistas, junto a Cristiano Ronaldo.
“Prometimos volver y volvimos con la Champions”, dijo Ramos en la ceremonia. “Hemos conseguido hacer historia, hacer un doblete, que lo saboreamos de una manera especial”.
“Sois un equipo de leyenda, hoy por hoy el mejor equipo del mundo, y lo tiene Madrid”, se congratuló la alcaldesa Manuela Carmena, antes de obsequiar a los jugadores medallas de chocolate y ella recibir una camiseta merengue con su nombre.
Frente al edificio del Ayuntamiento, los aficionados de la plaza Cibeles rompieron a aplaudir cuando divisaron a los jugadores en el autobús sin techo.
Al igual que hace dos semanas, cuando festejaron la consecución de la Liga española, Sergio Ramos colocó a la estatua de la diosa Cibeles una bandera con el escudo del Real Madrid, mientras el público coreaba “We are the champions” de Queen.
Emoción total
“Yo siento que este es el mejor equipo de la historia”, dijo a la AFP en Cibeles Álvaro Mora, venido este domingo con su padre y otros familiares especialmente a celebrar con su equipo desde Almería, a más de 500 km al sur de Madrid.
“Estoy superemocionado”, señaló el estudiante de derecho de 19 años, arropado con una gran bandera del escudo del Real, en medio de la multitud, vestida en su mayoría con la camiseta del equipo.
El colombiano José Ordóñez tampoco se quería perder la fiesta y vino con sus dos hijos desde las afueras de Madrid al centro. “Ha sido una emoción total, para nosotros es lo mejor que puede pasar”, dijo este residente de Madrid de 54 años, empleado en un almacén.
Los cuerpos de seguridad mantenían un gran operativo para garantizar la seguridad de los aficionados y evitar cualquier tipo de incidente, como el ocurrido en Turín.
En la ciudad italiana, una falsa alerta de bomba en una céntrica plaza donde miles de tifosi miraban la final de la Liga de Campeones, provocó una estampida que provocó más de 1.500 heridos, siete de ellos de gravedad.
Hitos
Este es “el mejor club de la historia, que nunca se da por vencido”, dijo el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, sobre la hazaña de Zidane y sus dirigidos.
Zidane ya había conquistado una Liga de Campeones como jugador, en 2002 con un gol espectacular al Bayer Leverkusen en la final de Glasgow, pero ahora agrandó su leyenda como entrenador.
Desde la inauguración del formato actual (1992-1993), ningún club había revalidado su corona en el torneo europeo.
Con su gran actuación, CR7 conquistó la cuarta Liga de Campeones de su carrera y dio un gran paso hacia un quinto Balón de Oro, lo que le permitiría igualar en lo alto del palmarés con el argentino Lionel Messi (Barcelona) .
Las estadísticas están ahí y el astro luso, máximo goleador de esta Champions (12 tantos, uno más que Messi) ha vuelto a ser la estrella que se espera de él. Todo ello sin perder los nervios, en una temporada en la que ha recibido acusaciones de fraude fiscal tras las famosas revelaciones de los “Football Leaks”.
CR7, primer jugador en haber cruzado la barrera mítica de los 100 goles en la Liga de Campeones, lleva ahora 106, mientras que Messi sólo suma 94.
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Esto es lo que veían los jugadores, ¡llenazo delante del palco del Ayuntamiento!#RealMadrid #HalaMadrid pic.twitter.com/JOGr6gfIwf— Real Madrid C.F.⚽ (@realmadrid) June 4, 2017
Esta temporada, el Real Madrid ganó también la Liga española, después de cinco años de sequía en el campeonato doméstico. Un doblete que los hinchas blancos esperaban desde 1958.