El primer ataque se produjo a las 10.30 hora local (06.30 GMT) cuando cuatro hombres armados irrumpieron en el Parlamento, donde siete personas, entre ellas un guarda de seguridad murieron y varias fueron tomadas como rehenes, según fuentes parlamentarias citadas por las agencias semioficiales persas ILNA y Tasnim.
A las dos horas de la toma de dicha sede, en pleno centro de Teherán, uno de los atacantes hizo estallar los explosivos que llevaba, según la televisión estatal iraní.
Las puertas del Parlamento han sido cerradas y no se permite la salida ni a los diputados ni a los periodistas allí congregados, lo que ha aumentado la confusión en torno a lo acontecido.
La parlamentaria Tayebé Siavoshí, contactada por Efe, declaró que la situación es muy confusa y delicada, y negó informaciones preliminares de que todo estaba bajo control.
Según la agencia semioficial ISNA, uno de los atacantes al Parlamento fue detenido.
Poco después, se produjo otro ataque en el emblemático mausoleo del iman Ruholá Jomeiní, fundador de la República Islámica de Irán, en el que uno de los atacantes se hizo explotar, informó el ministerio de Inteligencia iraní.
Otro de los agresores recibió varios disparos antes de hacer detonar sus explosivos, añadió la fuente.
Previamente, una célula terrorista fue desarticulada y sus miembros detenidos, con lo que evitaron nuevos atentados, según fuentes de seguridad iraníes.
Este tipo de ataques son inusuales en Irán, cuyas autoridades han reforzado las medidas de seguridad en torno a los edificios oficiales como la sede de la Presidencia.