“Desde que le damos el CBD (Cannabidiol, un extracto de marihuana), la ansiedad de la separación se acabó”, cuenta Hartmann, de 30 años, sobre su mascota, una perra de servicio que le acompañó durante sus años universitarios porque sufría epilepsia.
Hartmann, que vive cerca de Los Ángeles, explicó que comenzó a suministrarle marihuana medicinal a la perra cuando él ya no tuvo necesidad de que el animal lo acompañara a todas partes tras superar su enfermedad.
“La jubilé… y no supo manejar la transición bien, pero el CBD realmente funcionó”, explica el hombre, que además tiene un perro salchicha que también recibe el tratamiento.
Así, mientras la multimillonaria industria de la marihuana medicinal y recreativa sigue creciendo en Estados Unidos, los consumidores se multiplican. Los animales están también están en el radar.
“Estamos buscando crecer 20% cada mes”, dice Alison Ettle, fundadora de Treat Well, una compañía con sede en California que se especializa en productos no psicoactivos de cannabis para animales y humanos.
Explicó que los dueños de las mascotas -perros, gatos, lagartos, tortugas, alpacas, caballos, animales de granja…- recurren cada vez más al cannabis para tratar enfermedades que van desde cáncer y soplos cardíacos hasta artritis e infecciones de oído.
Y los resultados son más que alentadores, señaló la empresaria.
“Recibimos de uno a cinco pacientes de cáncer al día y los resultados que estamos viendo son impresionantes”, explica. “Estamos viendo los tumores desaparecer o encogerse, extendiendo la vida” del animal, añadió.