“El problema es que hay muchos restaurantes, que lejos de vender comida, únicamente ofrecen licor y música, aun cuando no tienen un permiso para operar”, aseguró.
Según Jacobs, el problema mayor es que los lugares en donde se encuentran los antros no son los adecuados, puesto que no tienen salidas de urgencia ni las medidas esenciales para prevenir accidentes en caso de desastre.
“Los vecinos han planteado muchas quejas respecto del abuso en el volumen del sonido y el desorden que esos antros generan. Es por eso que tratamos de presentar un reglamento, ya que no existe, y así iniciar el orden en el centro histórico”, dijo Jacobs.
Testimonios
Ernesto González, vecino de la 4a. calle, zona 1, donde se concentra la mayoría de estos negocios, aseguró que es imposible vivir en ese lugar, debido a los escándalos que ocurren en horas de la noche.
“La Municipalidad ha dicho que hará algo para controlar el funcionamiento de estos locales. En lugar de cerrar discotecas abre cada vez más”, señaló González.
Las quejas presentadas en el Juzgado van desde el bloqueo de las calles para ingresar en las viviendas hasta el exceso de volumen de los equipos de sonido de esos locales.
Además, los pobladores denuncian que en los lugares que han sido autorizados como restaurantes no venden alimentos, sino que únicamente licor, además de operar equipos de sonido para las pistas de baile.
En la Policía Nacional Civil (PNC) también hay denuncias contra antros que venden licor después de la hora que permite la Ley, ya que molesta a los vecinos, quienes deben soportar el ruido y el escándalo de quienes están en esos sitios hasta las 3 y 4 de la madrugada.
Los afectados explicaron que los jueves, viernes y sábados son los días de mayor movimiento en la ciudad y también cuando más ruido se produce.
Aseguraron que están cansados de llamar a la PNC y a la Municipalidad, que nunca llegan, para que obliguen a los dueños de los negocios a que cierren a la 1 de la mañana.
Según los vecinos, cuando algún comerciante cumple el horario de la “ley seca”, los clientes —la mayoría jóvenes— se quedan en las calles, protagonizan escándalos y ensucian la vía pública con botellas de licor y otras bebidas, entre otros desechos.
Dañan monumentos
Pobladores afirmaron que, durante la madrugada, monumentos históricos como el Teatro Municipal, el quiosco del parque central atrae a muchos jóvenes, quienes orinan y defecan sin que ninguna autoridad actúe.
Propietarios de hoteles ubicados en esa zona también se han quejado de que muchos de sus clientes han buscado otros sitios en donde hospedarse, porque se quejan de la bulla que producen las discotecas.
Los vecinos también están preocupados porque cerca del centro histórico ha proliferado la prostitución, y en muchas ocasiones hay personas que mantienen relaciones sexuales en plena calle, al aprovechar la escasa vigilancia de las autoridades.
El Juzgado de Asuntos Municipales confirmó que la objetivo de crear un reglamento es para obligar a los negocios a que cierren a medianoche.
Carlos Prado, alcalde en funciones, aseguró que analizan la propuesta de reglamento, para darle una solución definitiva a la situación de las discotecas.
“Estamos preocupados de lo que está pasando, pero queremos devolverle al centro histórico la paz y tranquilidad que tenía en años anteriores. No estamos en contra de que funcionen este tipo de negocios, pero queremos regularlos”, dijo.
Prado añadió que el proceso para el análisis y posterior aprobación del reglamento podría tardar un mes.
El gobernador Marco Herrera aseguró que apoyarán las tareas municipales para resolver este problema.
“Hay mucha queja de que varias discotecas están dejando entrar a menores de edad, por lo que vamos a investigarlas”, aseguró.