Independientes
Para la conservación de algunas tradiciones de las personas de mengala, la maestra Judith Samayoa de Pineda fundó un grupo de proyección folclórica denominado Estampas de Amatitlán.
En 1977 entrevistó a varias mujeres y publicó Amatitlán (tradiciones) en el que asegura que “la mengala de Amatitlán se caracterizaba por ser una dama independiente que gracias a la producción de dulces logró una economía estable”. Pero de igual manera porque luego fueron contratadas “para realizar trabajo de cocina en las casas de recreo de personas adineradas situadas a orillas del Lago”.
Pasado
En El traje de mengala, muestra de la cultura mestiza guatemalteca, una publicación de la serie Tradición popular, del Centro de Estudios Folklóricos de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Cefol), Chajón compila los antecedentes de esta ropa.
Una de las descripciones más antiguas la hizo el diplomático Jacobo Haefkens a principios del siglo XIX, quien estuvo en Guatemala entre 1826 y 1829. Escribió que la mayoría de las damas gastaban en vestidos, medias y zapatos, “mientas que las clases bajas solo tenían dos prendas”, y detalló que comprendían una camisa, a menudo de muselina blanca floreada y, sobre esta, una falda muy holgada del mismo género o bien de algodón estampado, que siempre lleva en el borde superior una ancha cenefa de otro tipo de tela, más oscuro, pero floreado o a cuadros.
Chajón destaca que la narración de Haefkens corresponde con el traje de mengala, pero de uno más sencillo. Recalca que en la primera mitad del siglo XX el nombre de mengalas ya era utilizado para designar a las de origen mestizo que utilizaban esa prenda como traje regional.
“Todavía hay, en su mayoría son mujeres maduras y de la tercera edad, quienes usan el traje”, añade, pero aclara que la vestimenta se ha simplificado bastante. “Permanece el uso del delantal como símbolo de honestidad, honradez y de pertenecer a un solo esposo”.
Indumentaria
Para Chajón el traje de mengala identificaba a los ladinos o mestizos, así como los regionales lo hacen con las comunidades indígenas. Durante el período hispánico, explica, los mestizos estaban obligados a utilizar una indumentaria distinta a la española. El vestuario se convirtió en un indicador social. Sin embargo, ya que se encontraban en permanente contacto con los españoles, los mestizos adoptaron varios aspectos del atuendo de los europeos.
Desde la segunda parte del siglo XIX hasta medianos del siglo XX, los trajes de mengala se utilizaron en toda la región mestiza, desde la capital hasta Chiquimula, especialmente en la región de Petapa y Amatitlán. Este constaba de varias piezas.
- Falda larga hasta el tobillo y de gran amplitud, atada a la cintura por dos cintas. Generalmente estaba hecha con telas de colores intensos. Se utilizaban las telas como crepé, jersey, céfiro, crespón, seda cruda, shantús, etamina floreada y lisa.
- Camisa o cotón, con manga abombada hasta el codo o hasta la muñeca, con pecheras decoradas con encajes o alforzas. También se realizaban en colores vivos, en telas como etamina lisa o floreada, otomano, burato y otras.
- Así como delantal para la parte frontal de la falda los cuales se confeccionaban con telas llamativas y se decoraban con encajes o alforzas.
- Fustanes o naguas para dar volumen a la falda. Se usaban por lo general tres, uno almidonado, para lograr el volumen y dos para la comodidad de usarla.
- También usaban el apretador para el busto, que era la versión del popular corsé, aunque sin ballenas y con botones al frente. Era usual confeccionarlo en manta.
- Calzón para piernas, desde la cintura hasta los tobillos. Por lo común, estaban hechos en manta y algunos se decoraban con encajes.
- Medias de hilo y seda. Chales, mantos y pañoletas para cubrir durante la noche o en época de frío. Por lo general, eran negros. Los más costosos procedían de El Salvador, México y España.
- El cabello se arreglaba en dos trenzas, una a cada lado, con camino al centro de la cabeza. Las trenzas se entrelazaban con cintas de telas o listones de colores llamativos.
- Botines como calzado, con orejetas adelante y atrás. Aunque muchas mengalas iban descalzas.
- Collares y aretes de grandes dimensiones, preferiblemente de oro y plata.
- Colorete o rouge aplicado con motas en las mejillas.
El traje masculino, en cambio, era mucho más sencillo: pantalón de dril o lona, camisa de manta de color pajizo, cotón o camiseta de manta, calzoncillo largo hasta media pierna, atado con cintas; la mayoría no utilizaba calzado.