A mediados de junio, el director de la Policía, Howard Cotto, vaticinó que dicho mes se convertiría en el de “más homicidios durante el año” y lo atribuyó al asesinato de miembros disidentes de la MS13 que han formado la facción MS503.
Este incremento significó una leve alza del promedio diario de muertes violentas en El Salvador, situado a finales de mayo en 9.25 y en 9.7 hasta junio, según cifras oficiales.
Además, en junio pasado se registró un alza del 4,16 % en los asesinatos en comparación con el mismo mes de 2016, lo que se da por primera vez en 2017, cuando se venían registrando caídas en las cifras mensuales.
Este incremento significó una leve alza del promedio diario de muertes violentas en El Salvador, situado a finales de mayo en 9,25 y en 9,7 hasta junio, según cifras oficiales.
No obstante, la cifra de asesinatos del primer semestre del 2017 fue inferior en un 42.5 por ciento al mismo lapso de 2016, pasando de 3.060 a 1.758 muertes violentas, baja atribuida por las autoridades a una serie de medidas “extraordinarias” de seguridad.
Estas incluyen el endurecimiento del régimen carcelario para los pandilleros y la creación de un comando elite de la Policía y el Ejército que da caza a las columnas armadas que escapan a la zona rural del país.
El pasado 1 de mayo, el director de Centros Penales, Rodil Hernández, informó a Acan-Efe sobre la división de la MS13, causada por las diferencias sobre el manejo de las finanzas entre el liderazgo nacional e “histórico” y cabecillas locales.
Las autoridades de Seguridad salvadoreñas acusan a las pandillas de mantener los altos índices de asesinatos que sitúan al país como uno de los más violentos del mundo, con tasas de 103 y 81.7 homicidios por cada cien mil habitantes en el 2015 y el 2016, respectivamente.