A su vez, en abril de este año los socios fundadores de la unión aduanera aplicaron la cláusula democrática tras el fallido intento de la Corte Suprema de Justicia de asumir funciones legislativas en reemplazo de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición.
Tras las deliberaciones de este viernes, prevaleció una postura más conciliadora dentro del Mercosur y se descartaron sanciones comerciales que agraven aún más la situación económica y social del pueblo venezolano.
No obstante, en caso de que Maduro insista en su intención de reformar la constitución el bloque sudamericano podría expulsar a Venezuela mediante la aplicación del protocolo de Ushuaia para la defensa de la democracia, adelantó más temprano el canciller argentino Jorge Faurie.
“Estamos en plena disposición a acompañar ese proceso de diálogo entre venezolanos de la manera en que sus actores estimen más conveniente”. Mercosur.
El anfitrión de la reunión, Mauricio Macri -junto a los presidentes de Brasil, Michel Temer; de Paraguay, Horacio Cartes; y de Uruguay, Tabaré Vázquez- expresaron que “la solución a la crisis sólo podrá ser resuelta por los venezolanos”, por lo que “instan al Gobierno y a las fuerzas opositoras al diálogo, que permita una concertación política creíble”, mientras reiteraron “su plena disposición a acompañar ese proceso de diálogo entre venezolanos de la manera en que sus actores estimen más conveniente”.
El texto también fue suscrito por Michelle Bachelet, presidenta de Chile, y representantes de Colombia y Guyana, estos tres como países asociados a la unión aduanera. También adhirió México, invitado a la cumbre.
En cambio, Bolivia -estado asociado en proceso de adhesión como socio pleno- no apoyó la declaración, lo cual deja a Evo Morales como uno de los pocos aliados incondicionales de Venezuela en una región que se ha inclinado mayormente hacia líderes más conservadores tras una década dominada por la centro-izquierda.
La escalada de violencia, que ha cobrado al menos un centenar de muertos en los últimos tres meses, sumada a la insistencia de Maduro en una convocatoria a elecciones el próximo 30 de julio de una asamblea constituyente para reformar la carta magna de 1999 desataron un debate en el seno del Mercosur para adoptar medidas más severas contra Venezuela.
La oposición venezolana teme que esta iniciativa de Maduro abra el camino hacia el establecimiento de un estado de partido único y autoritario semejante al sistema en Cuba, un estrecho aliado de Maduro.