EDITORIAL
El insalvable bache de la improvisación
Los síntomas son inequívocos: el Ejecutivo va a la deriva debido a la falta de una clara dirección técnica. Se acrecienta la percepción de la enorme soledad en la que funciona la Presidencia, y no porque el mandatario no esté acompañado, sino porque los cantos de sus corifeos le dicen, como a sus antecesores, que todo va bien, que es crisis de un momento, que las protestas son inevitables y que los enemigos del desarrollo son quienes predominan entre las voces disonantes.
La remoción del ministro de Desarrollo, que era un secreto a voces que el Gobierno intentó negar hasta el último minuto, dejó al desnudo la falta de planes concretos de acción en esa materia, que no solo resulta clave para apoyar a miles de familias en situación de riesgo alimentario, sino que debería ser la dependencia que articule un plan a largo plazo que integre a otras. Sin embargo, la realidad es que se trata de un ente burocrático sin brújula y con una ejecución decepcionante.
El martes también se convocó a los medios de comunicación para informar sobre el quinto relevo en la Secretaría de Bienestar Social, porque según el presidente se necesita resolver a fondo la problemática de la niñez y adolescencia, pero vale recordar que algunas de las autoridades encargadas de dar protección a jóvenes, nombradas por ser allegadas a Morales, están bajo proceso por la muerte de 41 niñas del Hogar Seguro, el 8 de marzo.
Sin embargo, hay frentes mucho más acuciantes en los cuales el presidente Jimmy Morales aún puede y debe tomar acciones decididas y convincentes para enderezar la marcha en la conducción del Ejecutivo, comenzando por un ministerio tan crucial como el de Comunicaciones, en el cual la parálisis burocrática ha llevado el deterioro vial, heredado de la administración patriotista, a una situación calamitosa, prácticamente sin precedentes.
El pasado martes, el ministro Aldo García se salvó de recibir un voto de falta de confianza en el Congreso de la República, mediante maniobras de la bancada de tránsfugas que integran la oficialista FCN-Nación, pero resulta obvio que están contados los días del funcionario en ese cargo, porque se ha escudado en excusas y en culpar a las leyes de transparencia, en lugar de emprender procesos públicos de licitación, con base en los planes que supuestamente tenía Jimmy Morales cuando se presentó como candidato.
El sector empresarial también ha sido muy enérgico en solicitarle al Ejecutivo la remoción del ministro y argumenta la baja ejecución presupuestaria y la ineficiencia en la conducción de la cartera. Una medida que ya habían pedido hace más de dos meses, aunque el mandatario ha reiterado su respaldo al funcionario, a pesar de su ineficiencia.
Mientras tanto, los impactos de la crisis vial para la economía son cotidianos y graves, pero el presidente probablemente no se da cuenta porque se traslada por vía aérea a sus actividades publicitarias departamentales o simplemente porque prefiere seguir escuchando a la rosca perversa que le dice al oído que todo marcha bien, mientras el país se estanca económicamente y los relevos gubernamentales se suceden sin que con ello haya señales de mejora.