Luego de la conferencia, Prensa Libre se comunicó con expertos para analizar el lenguaje corporal de Heimann durante sus declaraciones a la prensa. Aquí los detalles:
Brenda Sanchinelli, experta en imagen pública, dice que el vestuario negro que utilizó Heimann en lugar de generar empatía con los periodistas demostraba un aislamiento. “El negro representa enigma, misterio y cosas ocultas. El negro es un color fuerte, asociado a la muerte, la violencia e incluso a las malas noticias”, refiere la experta.
Para Sanchinelli, el vocero no tendría que haber utilizado vestimenta negra para dar una conferencia de Prensa, ya que sería muy cuestionado. Según ella, debió utilizar un color azul claro, para generar confianza y apertura a la comunicación.
“Cuando comenzó la conferencia de Prensa el vocero intentó estar relajado, pero su nerviosismo era evidente. Utiliza la muletilla “eh” constantemente, lo cual es un mecanismo del cerebro para ganar tiempo, cuando presentamos un argumento del que no estamos seguros, tenemos nervios o nos produce mucho estrés. El cerebro crea estas pausas para ganar tiempo y analizar mejor lo que vamos decir. Esto manda un mensaje negativo a quienes nos escuchan, pues pueden leer nuestra inseguridad”, comenta Eduardo Castillo, analista de Mente Brillante.
Castillo, al analizar el minuto 3.07 de la conferencia, dice que Hiemann al hablar del fortalecimiento de las instituciones utiliza sus dedos para enumerarlos y esto significa:
- Pulgar: Ministerio de Gobernación (significa poder).
- Índice: Policía Nacional (yo o interés personal de quien lo escribe).
- Medio: Ministerio Público (deseos ocultos).
- Anular: Cicig (conflictos internos).
- Meñique: Sector justicia (temor a los temas).
Sanchinelli y Castillo coinciden en que el vocero durante la conferencia estuvo moviendo todo su cuerpo en forma pendular, lo que significa que estaba exageradamente nervioso e inseguro de sus palabras. Además, dicen que sus respuestas eran evasivas, al punto de no poder responder concretamente con un sí o un no. También aseguran era evidente su cara de angustia.
“Las expresiones verbales del vocero eran agresivas hacia los periodistas, así como con la Fiscal General, Thelma Aldana, ya que le dijo chantajista“, dice Sanchinelli.
“Sus manos revelaban nerviosismo e inseguridad. No las dejó quietas ni por instante para proyectar confianza y seguridad en sí mismo sobre lo que estaba afirmando. Su mirada era evasiva hacia la audiencia, lo que revelaba ocultamiento de la verdad“, concluye Sanchinelli.
Palabras que le molestaron al vocero, según Castillo
Cicig. Al escuchar esta palabra le producía un micropicor en el costado de la nariz, lo cual significaba que ya no sabía qué más decir. Además, al escuchar preguntas directas sobre él comisionado, miraba hacia abajo y esto se interpreta que no quería escuchar esa pegunta. También jugaba con el micrófono, para poner una barrera imaginaria que lo protegiera.
Renuncia. El microgesto de tocarse el estómago es sentir que algo no me sentó bien: “Me descompone hablar de esto”. Bajar la mirada significa que se sentía inseguro y tenía temor de afirmarlo.
Fiscal. Tensión, disgusto, el recordar esa palabra le molestaba.
Canciller Morales reflejó una mejor preparación, asegura Sanchinelli
El ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Raúl Morales, participó en una entrevista con Guatevisión en la que aseguró que el presidente Jimmy Morales no pediría a la ONU remover al comisionado Velásquez.
De acuerdo a Brenda Sanchinelli, la comunicación no verbal del canciller demostró una mejor compostura, preparación y seguridad entre lo dicho y las expresiones que acompañaron las palabras.
“Pronunció un discurso firme, pero al mismo tiempo conciliador”, afirmó la analista. “Aunque estaba un poco nervioso —que era natural— supo controlarlo”.
Era importante despejar las dudas sobre lo que el presidente Morales realizará en la ONU, dice Malouf. https://t.co/UQeaifuwkh
— Prensa Libre (@prensa_libre) August 24, 2017
Sanchinelli considera que la posición de las manos, colocadas sobre la mesa, y el semblante de su rostro, amigable, fue un signo de confianza.
“Su vestuario y presentación personal es impecable: traje gris, un color institucional de extrema elegancia y revelaba profesionalismo”, agregó.
