“Debió haber recorrido el río Usumacinta, procedente del sur de México, hasta llegar a través de algunos afluentes al lago Petén Itzá”, explicó.
Fue hasta el 2009 que se tuvieron los primeros reportes sobre su aparición en el Usumacinta, aseveró.
“La especie es una amenaza porque hace grandes agujeros en las orillas de los ríos, con lo cual hace que se ensanchen los cauces”, dijo.
Duchez refirió que estos peces no podrán llegar a las fuentes hídricas del área central del país, porque los ríos de Petén corren hacia México y no rumbo al resto de Guatemala.
No es venenoso
José Rodríguez, biólogo del Conap, expuso que esa especie no es venenosa, pero puede causar lesiones con sus espinas largas.
También afirmó que el pez blanco del lago Petén Itzá no está en peligro, porque su principal alimento son algas.
Ambos expertos recomendaron que cuando sea capturado un ejemplar, lo mejor es matarlo, y no devolverlo al agua.
César Morales, delegado del Ministerio de Ambiente en Petén, dijo que en coordinación con otras instituciones se está efectuando un plan de monitoreo, porque se ignora cuántos hay en el lago.