De acuerdo con Ralón, el factor genético ocurre en el 5% de los casos y el 95% está relacionado con las hormonas. ‘Es decir que la causa principal del cáncer de mama es ser mujer, porque cada mes sufre cambios hormonales’, explica, ya que, aunque no es tan frecuente, también se da en hombres. En Guatemala, el cáncer de mama es el segundo cáncer más frecuente en las mujeres, después del de cérvix.
Los expertos le recomiendan evitar los factores de riesgo y aumentar los factores de protección para prevenir la enfermedad. Tome nota de todos los consejos, pero sobre todo no deje de realizarse su autoexamen de mama y las citas al médico para evaluar su salud.
Autoexamen de mama
Debe realizar el autoexamen de mama a partir de los 20 años, según Ralón, el cual es un método que permite detectar si existe algún cambio en el tejido del seno. Por ello, es importante que aprenda a conocer su cuerpo a través del tacto. Si realiza el autoexamen con frecuencia, entonces podrá determinar si lo que siente ha estado anteriormente o es una sensación nueva.
El método para autoexaminarse puede ser de forma circular o lineal, horizontal o vertical, de manera que pueda palpar la mama y sentir si existe alguna malformación. ‘Si la sensación es como tocar un mentón, debe examinarse con un médico mastólogo’, agrega Ralón. De igual forma, debe realizarse la mamografía después de los 40 años y puede optar por el ultrasonido mamario a cualquier edad.
Evite los factores de riesgo del cáncer
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor del 40% de todos los casos de cáncer podrían prevenirse evitando factores de riesgo. Estas son las recomendaciones:
Tomando en cuenta el factor genético, investigue si en su familia hay antecedentes de cáncer de mama para iniciarse en un programa de prevención y detección temprana, dice Ralón. Para ello, debe realizarse mamografías a edades más tempranas de lo usual. Consulte con su médico de confianza.
Además, el cáncer de mama se puede dar por factores hormonales, entonces son debe tomar en cuenta lo siguiente:
Una mujer tiene mayor riesgo de padecer de cáncer de mama si su menarquía (primera menstruación) la tuvo por debajo de los doce años, pues esto implica que su cuerpo pasará por cambios hormonales por mayor tiempo que las mujeres que inician la etapa fértil después de esta edad.
De la misma manera sucede con las mujeres que, aunque tengan más de 55 años, todavía tienen la menstruación, pues sus cambios hormonales se prolongan. ‘Aunque una joven de 20 años pueda desarrollar el cáncer de mama, debe recordar que, a mayor edad, mayor es el riesgo de padecerlo’, agrega Ralón.
Otro factor de riesgo explica el médico especialista en enfermedades mamarias, es el no tener hijos o tenerlos arriba de los 35 años. Esto se debe a que el período del embarazo es un descanso hormonal para el organismo, al igual que la etapa de la lactancia.
Una manera de alterar su cuerpo en relación con las hormonas es someterse a terapias hormonales para síntomas de menopausia o para fines anticonceptivos, lo cual representa un riesgo a padecer esta enfermedad.
Finalmente, debe cuidar su cuerpo y evitar los riesgos a través de su estilo de vida. Si es una persona que fuma, consume bebidas alcohólicas en exceso, es sedentaria y tiene sobrepeso, entra dentro de los riesgos de padecer cáncer de mama. “Las claves para una buena salud incluyen, alcanzar y mantener un peso corporal saludable, adoptar una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, dormir 8 horas diarias”, afirma la nutricionista Scarleth Mena.
Incluya más de estos alimentos a tu dieta
La nutricionista Scarleth Mena, le sugiere estas recomendaciones:
El cuerpo usa ciertos compuestos en los alimentos y químicos producidos por el organismo llamados antioxidantes, estos nos protegen contra el daño a los tejidos que ocurre constantemente como resultado normal del metabolismo (oxidación).
Debido a que dicho daño se ha asociado con un aumento en el riesgo de cáncer, algunos antioxidantes puede que sean útiles para protegerse contra este riesgo: Vitamina C (naranja, limón, lima, todos los cítricos); vitamina E (almendra, maní, semilla de girasol, espinacas y brócoli; los carotenoides (como el betacaroteno y la vitamina A, las frutas y vegetales de color naranja y amarillo, el huevo y el aceite de hígado de bacalao).
Los estudios indican que las personas que comen más frutas y verduras, las cuales son fuentes abundantes de estos antioxidantes, pueden tener un riesgo menor de desarrollar ciertos tipos de cáncer.
También los ácidos grasos omega 3 son nutrientes importantes asociados con muchas actividades del cuerpo, especialmente con las respuestas del sistema inmunitario. El cuerpo no los produce, por lo que debes obtenerlos de los alimentos que comes: sardinas, salmón, arenque, atún y bacalao. Estos ácidos grasos también están presentes, en menores concentraciones en la linaza, las nueces, los frijoles rojos, los frijoles blancos y la soja.
Tener una alimentación saludable también durante y después del tratamiento del cáncer de mama le puede ayudar a controlar los efectos secundarios de los tratamientos, así como a incrementar la probabilidad de supervivencia y bienestar. Combinado siempre con el ejercicio que fortalece tu sistema inmunológico y evitas el aumento de peso.
¡A correr se ha dicho!
Juan Pablo Zelaya, coach en salud, instructor certificado en Australia para atender pacientes con cáncer, le sugiere hacer todos los días ejercicios porque eso le permite mantener su peso y a la vez prevenir el cáncer.
De hecho, dice que en pacientes que ya tienen cáncer, el ejercicio debe ser integrado como parte de la práctica estándar del protocolo de atención en pacientes con cáncer y debe ser visto como una terapia adjunta que ayuda a contrarrestar los efectos adversos del cáncer y su tratamiento, según los lineamientos que plantea la Sociedad de Oncología Clínica de Australia.
Así que caminar, trotar, montar bicicleta o nadar, son parte de las actividades sugeridas, que se suman en los 150 minutos por semana de actividad física moderada.
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