Mis lectores se preguntarán si lo que hemos estado viviendo últimamente, con los huracanes Harvey e Irma azotando a EE. UU. y dañando Houston y Key West, más otras  islas también afectadas, y el huracán María devastando Puerto Rico, es un designio de Dios o una manifestación del cambio climático. Vimos además cómo simultáneamente llegaron  dos terremotos a México y otros recientes en Japón, de magnitud 7.1, y en Nueva Zelandia, de 6.1. Todos en menos de 48 horas. Luego en Puerto Pantera, Uruguay, vimos un fenómeno insólito donde el mar descendió casi tres metros en cuestión de horas.  Todo al mismo tiempo. ¿Qué está pasando?

No puede ser un designio de Dios. Sabemos que el cambio climático incrementa la presencia de megahuracanes, pero pareciera que hay algo más siniestro y es un experimento llamado HAARP (Proyecto de Investigación Activa de Alta Frecuencia Aurora), localizado en Alaska. Es con HAARP que se está modificando el clima, pues dispara partículas hacia la ionósfera, calentando esta y luego rebota a la Tierra.

Existen defensores del proyecto que aducen ventajas de carácter científico, geofísico y militar del proyecto. ¿Pero cómo funciona? Se trata de grandes cantidades de antenas para controlar el clima, colocadas ya no solo en Alaska, sino en otras partes del mundo. Estos rayos que calientan la ionósfera están en una frecuencia extremadamente baja, llamados ondas ELF.

Los rebotes se usan para las comunicaciones a gran distancia o para detectar submarinos enemigos o ver si alguien se esconde en las profundidades de la tierra. Sea como sea, podrían estar jugando con nuestro clima y afectando a millones de personas que han muerto o se han quedado sin hogar. Por ello, algunas teorías nos dicen que las ondas ELF son armas peores que las nucleares, pues no solo ocasionan desastres, sino que las vibraciones pueden influir en la actividad cerebral y manipular nuestras mentes.

Este experimento probablemente esté basado en un invento de Nikola Tesla, quien vivió en el siglo pasado. Dicho genio ya vislumbraba los celulares que usamos hoy. Pero jamás imaginó un uso como el que HAARP le daría. Si las ondas ELF son las que están ocasionando tantos desastres climáticos, no puede ser nada bueno.

El Dr. Robert Von Scheele, estudioso del clima, menciona que los experimentos de modificaciones iniciaron en 1940, con el fin de mover huracanes. Hoy, los aerosoles atmosféricos y las poderosas transmisiones de radiofrecuencia de microondas posiblemente han hecho que huracanes como Harvey, Irma y María viajen por senderos preestablecidos. ¿Sin embargo, si fuera así, por qué querría Estados Unidos enviarse sus propias catástrofes? ¿El experimento se les salió de las manos? ¿Pudo quizás ser una potencia enemiga enviando a Estados Unidos este desastre por medio de un experimento similar? No tengo ninguna respuesta, pero los radares de satélites de NOAA identificaron una torre de radio de microondas ubicada cerca de Key West y la coincidencia es que el huracán fue exactamente en esa dirección.

Demos el beneficio de la duda, y digamos que HAARP no es el responsable de estos fenómenos climáticos que se dieron, sino que al 100% se debió al cambio climático. Sin embargo, hemos de recordar también que al disparar a la ionósfera y calentarla, y con el rebote a la tierra y océanos, también se está contribuyendo enormemente al calentamiento global y prueba de ello son los mares ultrarrecalentados, pues así se producen los megahuracanes.

Lo que nadie puede negar es que lo que ha sucedido en el último mes es completamente anómalo, y atemorizante; más aún si sumamos los terremotos. Todo podría apuntar a HAARP.

vidanicol@gmail.com