La millonaria obra vial, proyectada y ejecutada en los gobiernos central y edilicio de Carlos Arana Osorio y Manuel Colom Argueta, respectivamente, se le atribuían varias fallas técnicas que causaban caos en la circulación, aunado a los numerosos accidentes de tránsito registados en la última época.
Otra de las causantes de tantas tragedas era el exceso de velocidad e imprudencia de los peatones que atraviesan la calzada.
Años atrás se creó una entidad que agrupaba a representantes de diferentes instituciones relacionadas con el tránsito denominada Consejo Nacional de Prevención de Accidentes la cual atribuía al problema del Periférico varias causas.
El coronel Héctor René Rivera Méndez mencionaba sobre los accidentes: “Las señoras que acarrean agua son un potencial peligro para el tránsito de vehículos”.
A diversas horas del día, pero en especial en la mañana y al atardecer, era muy común observar a personas sencillas llevar trabajosamente grandes recipientes con el preciado líquido para sus necesidades hogareñas. La acción temeraria comenzaba desde el instante en que las señoras y algunas menores, sin observar la más elemental precaución de seguridad, caminan trabajosamente en su carga, en los dos carriles de alta velocidad.
Tres o cuatro chorros, presumiblemente instalados por las autoridades edilicias para servicios de los vecinos de algunos asentamientos, coadyuvaron a empeorar las cosas en el Periférico. Un ejemplo eran dos tuberías localizadas a la entrada de la colonia Bethania, zona 7.
Otra causa de los accidentes, señalaba la autoridad de tránsito eran los ruleteros que se conducían a excesiva velocidad, sin ningún respeto a la vida humana.