Salud y Familia

Consejos para que tomar agua se convierta en un hábito permanente

La hidratación es una necesidad biológica y es determinante para que los seres humanos puedan realizar diferentes funciones. Por tal motivo, los expertos recomiendan beber ocho vasos (dos litros) de agua al día.

La medida estándar para un adulto es tomar ocho vasos (dos litros) de agua al día. Sin embargo, esto puede variar según su estilo de vida y condición médica. (Foto Prensa Libre: Servicios).

La medida estándar para un adulto es tomar ocho vasos (dos litros) de agua al día. Sin embargo, esto puede variar según su estilo de vida y condición médica. (Foto Prensa Libre: Servicios).

Sin duda, nadie se atrevería negar que tomar agua es saludable. Sin embargo, no todos podrían afirmar que ingerir este líquido es una de sus prioridades diarias.

¿Por qué sucede esto? Las excusas por las que evitamos beber agua son variadas. Desde la clásica “no tiene sabor” o “no me gusta”, hasta la menos común, pero también recurrente, “me da nausea” o “me produce dolor de estómago”.

Sin importar cuál sea su justificación, es necesario empezar a cambiar esa mentalidad, pues inculcar este hábito le traerá beneficios para su salud física.

¿Por qué es importante?

De acuerdo con el médico Alejandro Zapata, especialista en salud deportiva, los seres humanos somos principalmente líquido. “Recordemos que más de la mitad del peso de nuestro cuerpo está constituido por agua. No ingerir líquidos un día es suficiente para que nuestro organismo se altere. Este líquido es fundamental para la oxigenación de todas las células”, explica.

Por ejemplo, el agua es necesaria para mantener en buen estado el sistema inmune y, por lo tanto, prevenir enfermedades. También ayuda a regular la temperatura corporal, a mejorar la digestión y a rendir durante las actividades que requieren esfuerzo físico.

Si tenemos una jornada larga de trabajo, no debemos olvidar hidratarnos adecuadamente. (Foto Prensa Libre: Servicios).

Para la nutricionista Ana María Rosales, una de las principales causas de estreñimiento es la falta de una hidratación adecuada. “Ingerir este líquido nos ayuda a regular el metabolismo y a digerir mejor los alimentos”, afirma.

¿Cuánta agua debo tomar?

Sobre la cantidad de agua diaria que debemos ingerir, Zapata dice que la medida estándar para un adulto son dos litros (ocho vasos) de este líquido. Sin embargo, Rosales aclara que esto también dependerá de otros factores como el peso, la estatura y el estilo de vida.

“Por ejemplo, una persona que hace mucho ejercicio podría necesitar entre tres y cuatro litros de agua al día. Asimismo, a un paciente con alguna enfermedad que provoca retención de líquidos se le debe recomendar una cantidad diferente”, destaca la nutricionista.

Para que no haya excusas, es necesario llevar un pachón con agua a donde nosotros vayamos. (Foto Prensa Libre: Servicios).

Tanto Zapata como Rosales coinciden en que el conteo diario del agua que consumimos debe ser independiente a la ingesta de otras bebidas. Es decir, no podemos incluir en nuestro recuento las tazas de café, té, jugos o aguas carbonatadas. “Aunque estos productos contengan agua, es más difícil saber cuál es la cantidad exacta que estamos ingiriendo al tomarnos un licuado o una sopa”, aclara Rosales.

¿Cómo formar el hábito?

Todos podemos saber que no nos estamos hidratando adecuadamente mediante estas señales de alerta: orina de color muy amarillo, sequedad en la boca, resequedad en la piel y labios, sensación de fatiga y estreñimiento. Ante estos síntomas, lo mejor es proponernos beber ocho vasos de agua al día.

Pese a que es una necesidad biológica y nuestro cuerpo nos pide agua, no todos tenemos este hábito. “Primero debemos quitarnos de la cabeza que de un día para el otro ya podemos empezar a tomar ocho vasos de agua al día”, comenta Rosales. Por ello, la nutricionista ofrece los siguientes consejos para que lo hagamos de manera paulatina:

  • Si somos de las personas que no tomamos nada de agua, la primera semana nuestro reto será tomar un vaso de este líquido en cada tiempo de comida. Eso nos va a garantizar que tomemos, por lo menos, tres. La siguiente semana haremos lo mismo en los tres tiempos de comida principales y durante las dos meriendas. Así subimos a cinco vasos. Y en la tercera semana, tomaremos un vaso después de despertarnos, uno al mediodía, uno durante los cinco tiempos de comida (desayuno, almuerzo, cena y dos meriendas) y uno antes de dormirnos. En tres semanas lograremos formar ese hábito.
  • “Para quienes necesitan acciones más concretas, mi recomendación es que utilicen la tecnología. Pueden colocar alarmas en el celular para que les recuerden que es hora de tomar un vaso de agua. Lo ideal es ingerir esa cantidad de líquido cada hora, para que en el trascurso de una jornada cumplamos con la cuota de ocho vasos al día. De hecho, hay aplicaciones para esto”, sugiere Rosales, quien agrega que para que esto funcione, siempre debemos llevar un pachón de agua donde vayamos, pues así, si la alarma suena mientras vamos en el carro, no habrá excusa para no beberla.
  • Para quienes no beben agua porque “no les gusta” o “les da náusea”, la recomendación es darle sabor al agua de manera natural. La nutricionista sugiere agregar al pachón de agua, de preferencia de uno o dos litros, rodajas de manzana, pepino, limón o naranja. “Incluso pueden ser fresas o uvas partidas por la mitad. Esto hará que el agua tenga un sabor diferente y puedan beberla con más facilidad”, comenta Rosales.
  • También se deben buscar aliados. Sin duda, hay más personas en esta situación. Entonces, se pueden hacer retos grupales y la condición es darse ánimos y mandarse recordatorios por el móvil o las redes sociales para que no olviden tomar la cantidad de agua acordada cada cierto tiempo.

Consideraciones

Los hábitos se forman con más facilidad durante los primeros años de vida. Por lo tanto, los padres deben lograr que sus hijos se acostumbren a tomar agua durante todo el día.

El hábito de beber suficiente agua durante el día debe inculcarse en los primeros años de vida. (Foto Prensa Libre: Servicios).

También es importante recordar que cuando se empieza a tomar más cantidad de agua, las idas al baño también aumentarán su frecuencia. “Evitemos beber mucho líquido si haremos viajes largos y de antemano sabemos que no tendremos servicios sanitarios cerca”, concluye Rosales.

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