“Tal vez la palabra no sea ‘poderosa’, pero sí me siento muy orgullosa de representar mi país a través del deporte. En mi país y en Centroamérica no se tienen tantas oportunidades como en Europa y para mí es un orgullo que se den cuenta de que también en los pequeños países hay muchísimo talento”, dijo a Efe la jugadora, de 29 años, antes de uno de los entrenamientos de su equipo en el municipio madrileño de San Sebastián de los Reyes.
“Creo que, sin duda, he roto los paradigmas de la sociedad guatemalteca al ser la primera futbolista jugando a nivel profesional en Europa”, afirmó Analú, que cinco años después de dejar su país, primero hacia Estados Unidos y luego hacia España, considera que fue acertada la decisión de “salir fuera sin saber qué depararía el destino”.
“Ha sido un camino bastante difícil de recorrer y lo más importante es que he tenido el apoyo de mi familia. Ellos son los que siempre han creído en mí, me han apoyado y me dijeron: vete por tus sueños, intenta hacer cosas diferentes”, afirmó la extremo, que mencionó de forma destacada a su madre, fallecida hace 21 meses y a la que recuerda con los dedos hacia el cielo después de cada gol.
“Mi madre fue una mujer feminista, a la que le importaban mucho los derechos de las mujeres en mi país. Y creo que una muestra es lo importante que era para ella ver a su hija hacer cosas por las mujeres”, añadió. “Sin duda, todo lo que soy es gracias a ella. Todos los días le agradezco por las cosas que he logrado en el futbol”.
Ana Lucía llegó a España para jugar en segunda división en las filas del Dinamo Guadalajara, una etapa en la que percibió “ese choque cultural, ese poco de racismo” por parte de algunas compañeras de equipo que se preguntaban qué hacía entre ellas una jugadora llegada desde Guatemala. “Pienso que era egoísmo más que racismo. Yo veía que con otras españolas no era lo mismo”.
Algo parecido le ocurrió cuando empezó a ampliar en España sus estudios, entre los que ya figuraba la ingeniería. “Mis compañeros al principio me rechazaban o no querían que estuviese en su grupo de estudio. Al conocerme me dieron la oportunidad de ser parte de ellos. Son experiencias que te hacen crecer como persona y madurar”, apuntó la jugadora.
Ahora, Analú se siente “bien tratada y valorada como futbolista, que es lo más importante”.
Tras pasar en primera división por el Rayo Vallecano, el Sporting de Huelva y, desde la temporada pasada, el Madrid CFF, la guatemalteca ha sido testigo privilegiada del ‘boom’ del fútbol femenino en España. Y se siente “afortunada de haber vivido esta evolución”.
“Al principio no se notaba tanto, no había tantos seguidores, la liga no era tan conocida. Ahora se ve cada año cómo van cambiando las cosas, cómo los equipos invierten más, como los medios de comunicación se hacen presentes para difundir el fútbol femenino. Cada vez hay más niñas practicando este deporte. Mi club es un claro ejemplo”, destacó la jugadora, que pertenece al club con mayor cantera de fútbol femenino de España: 460 jugadoras y 32 equipos. Y eso sin contar, como la mayoría de sus rivales, con el tirón de un equipo masculino que fuera por delante.
Analu ha tenido que aclarar a muchos de sus seguidores que su equipo no es el Real Madrid.
“No me cuesta nada explicarles que juego en el Madrid Club de Fútbol, un club que hace las cosas muy bien, que nos trata como profesionales, que nos da todo para entrenar en las mejores condiciones, con un grandísimo cuerpo técnico. La directiva y las compañeras me hacen sentirme como en casa”, afirmó.
El equipo marcha quinto en la tabla después de cinco jornadas. Lleva tres victorias, dos menos que las logradas en toda la temporada pasada, en la que “sufrió muchísimo” para asegurar la permanencia.
“Este año las cosas pintan bastante mejor”, apuntó. “Pero la liga es cada vez más competitiva y es más difícil sumar puntos. El club tiene muchas jugadoras nuevas y el entrenador (Óscar Fernández) intenta utilizarlas de la mejor manera posible para sacar el máximo rendimiento. Eso se ve en el campo”.
El cambio respecto al curso pasado se percibe “desde la hora de los entrenamientos” a la presencia de un nutricionista que asesora a la plantilla. Pero, también, en la intensidad con la que las jugadoras se preparan. “Sabemos que esto cada vez crece más y tenemos que empujar para sacar buenos resultados”.
“Cada año trae sus dificultades y sus retos y para mí lo más importante ahora es competir al máximo nivel. Seguir estando acá después de tantos años para mí es algo muy importante”, señaló Analú.
Los dos próximos rivales en liga, Atlético de Madrid y FC Barcelona, serán dos serios obstáculos que la atacante afronta sin miedo: “Tenemos dos partidos muy complicados, pero el grupo está con mucha confianza. Mis compañeras tienen muchas condiciones, tenemos una plantilla de muchísima calidad y creo que se le puede plantar cara a cualquier equipo”.
La plantilla del Madrid CFF está pendiente de las negociaciones por el primer convenio colectivo de las jugadoras, bloqueadas de nuevo este martes y que ella confía en que lleguen a buen término sin necesidad de recurrir a una huelga.
“Estamos informadas de los acontecimientos ‘políticos’ del fútbol femenino, que nos interesan. Es importante dar este paso para profesionalizar totalmente la liga, que todas las jugadoras tengan las mismas condiciones y que nos podamos dedicar más personas al deporte y así tener aún más rendimiento”, subrayó la jugadora.
“Podría llegarse hasta ese punto (de la huelga), pero espero que no, que se den cuenta de que el fútbol femenino necesita más apoyo. Las personas que están por decidir el futuro lo tienen que hacer de la mejor manera”, insistió.
Internacional con Guatemala desde 2009, capitana de la selección, Analu regresó hace cinco días a Madrid después de disputar el preolímpico centroamericano, en el que, tras golear a Honduras, una derrota ante Panamá las dejó sin opciones de luchar por una plaza en Tokio 2020.
“Cuando representas a tu país es el máximo orgullo. Para mí es una felicidad muy grande. Sé las condiciones que se tienen en Guatemala y que nos hace falta más apoyo para dar el salto”, dijo.
“Estos dos partidos llegaron después de años sin competir porque tuvimos una suspensión a nivel de federación. Pero es importante que se den cuenta de que, a pesar del poco tiempo que tuvimos de preparación, Guatemala también puede competir a nivel internacional. Es un trabajo de todos, no solo de las jugadoras o de los dirigentes. No tuvimos los resultados que queríamos, pero espero volver a competir pronto”, expresó Analu.
En su opinión, “los ciclos y procesos de las selecciones no deben pararse” pese a la interrupción, en este caso, del camino hacia Tokio 2020. “Espero que haya pronto algún torneo internacional o algún amistoso”.
La jugadora lamentó que “en el ámbito social, en Guatemala todavía se vea que el fútbol es para los hombres”.
“Es bastante difícil cambiar ese pensamiento en la sociedad. A nivel de federación y liga está creciendo el fútbol femenino, porque la UNCAF (Unión Centroamericana) se ha volcado mucho a través de Fifa y está exigiendo su desarrollo. Los dirigentes se tienen que dar cuenta. Modelos como España o México tienen que ser ejemplos a seguir”, afirmó.
Analu recordó que cuando ella empezó a jugar al fútbol todos sus ídolos “eran masculinos porque no había jugadoras reconocidas”. Hoy, en cambio, “las niñas pueden decir: yo quiero ser como ella, quiero ser futbolista”.
Entre sus referentes actuales cita “en la vida” a sus padres y en el fútbol “a la selección de Estados Unidos, por lo que ha hecho”. Su jugadora favorita es Rose Lavelle.
“Y también tengo muchísima admiración por las seleccionadas españolas, por cómo han cambiado el futbol. Me identifico mucho con ellas porque he vivido la evolución y el desarrollo del futbol femenino en España. Entre los chicos”, apuntó, “Luka Modric”.
Pese a su amplia y variada formación universitaria, que ahora continúa en Madrid con un Máster en Administración de Empresas, Analu contempla su futuro a medio plazo ligado al futbol. Tiene también el título de entrenadora.
“Dentro de 10 años me veo… con hijos, no sé, pero me veo involucrada en el fútbol. Lo llevo en las venas, es imposible que pueda dejarlo completamente”, aseguró.
“Pero la formación te da disciplina, te abre la mente y te ayuda también con el deporte. De momento, sigo preparándome y en algún momento espero aportar a mi país algo de lo que he aprendido en el extranjero”, dijo Analu, que destacó la necesidad de que la presencia femenina sea también mayor en el ámbito técnico y directivo.
“Necesitamos que se nos abran las puertas, que no se nos cierren por ser mujeres. Al contrario, que se confíe en nosotras. Tenemos la misma capacidad, posiblemente con menos experiencia, pero queremos ganarnos un sitio en el deporte”, dijo Analu, la ‘poderosa’.
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