El vicepresidente Eduardo Stein dijo ayer que Stan tuvo un impacto más devastador que el del huracán Mitch, en 1998, cuando fallecieron 268 personas y 100 mil resultaron damnificadas. “Se perdió el doble de vidas humanas.
Las lluvias que se esperan para la próxima semana hacen prever mayores dificultades”, manifestó. Las estimaciones oficiales preliminares podrían quedarse cortas. Alcaldes de San Marcos y el gobernador departamental, Áxel López Anzueto, informaron ayer que al menos 285 personas murieron soterradas en distintas aldeas de Tacaná, Tajumulco, Tejutla, San Cristóbal Cucho, Ixchiguán y El Quetzal. Estos datos aún no son reconocidos como oficiales por la Conred.
Stan golpeó zonas donde la infraestructura es precaria, y afectó 30 por ciento del territorio nacional.Temen lo peorLas autoridades temen lo peor. Unas 337 personas están desaparecidas, aunque no se incluyen los de las 180 comunidades aisladas.En Sibinal y Tacaná, San Marcos, no hay acceso desde hace cuatro días.
La gente aún no ha recibido comida ni agua, informaron las autoridades.“Ni siquiera los helicópteros más potentes —Black Hawk—, de las fuerzas armadas de Estados Unidos, pudieron sobrevolar el área, debido a que el techo de nubes es peligroso”, agregó Stein.
En las instalaciones de la Conred, fueron mostrados mapas de los lugares afectados y a los que no se ha podido tener acceso. Las imágenes no eran alentadoras.
Desaparecidos
Durante el día, los cuerpos de socorro informaron de decenas de cadáveres rescatados en distintos lugares del país. Entre éstos, 16 fallecidos en la aldea Piedra Grande, San Pedro Sacatepéquez, San Marcos, donde un alud sepultó a toda la comunidad. Más de 150 personas están desaparecidas.También se registraron más deslizamientos en Totonicapán.
Marco Tulio Sosa, ministro de Salud, comentó que no se descarta que puedan darse enfermedades epidémicas, causadas por la contaminación que se produce por la proliferación de animales muertos. Algunas personas ya presentan enfermedades de la piel.
Por ejemplo, en las comunidades de Panabaj y Tzanchaj, en Sololá, donde un alud cobró la vida de más de 65 personas y hay más de dos mil desaparecidos, ayer se evaluaba suspender las tareas de rescate, ante el peligro de enfermedades por el estado de putrefacción de los cuerpos. El Gobierno prevé que las lluvias de ayer puedan afectar aún más a las comunidades dañadas.
150 mil, sin servicio hasta ayer, unas 150 mil familias permanecían sin el servicio de energía eléctrica, de acuerdo con las estimaciones oficiales.
En ese entonces se calculaban los daños a la agricultura en más de Q3 mil millones por la pérdida de cosechas de maíz, frijol, ajonjolí, tomate, cebolla, chile pimiento, papa y sandía en las regiones afectadas por Stan.
La ayuda humanitaria fluía con demora y era trasladada en forma aérea ya que se reportaban unos 900 derrumbes que afectaron las dos carreteras principales del país y casi la mitad de los caminos de terracería.
Comunidades borradas
La fuerza de la naturaleza arremetió sin tregua en los cantones Panabaj y Tzanchaj, en Santiago Atitlán. Ayer, la cifra de fallecidos ascendía a 71 y más de dos mil desaparecidos. “Posiblemente, nunca serán rescatados. Ahí se van a quedar, hay más de cinco metros de lodo. Panabaj es ya un cementerio”, afirmó Diego Esquina Mendoza, alcalde de Santiago Atitlán.
El miércoles, a la 1 de la mañana, se dio la primera torrentada. Caía una lluvia muy fuerte. Algunos pobladores lograron ponerse a salvo. Poco a poco, salía a flote la magnitud de la tragedia. Los damnificados trataban de asimilar el drama en los albergues habilitados en Santiago. Con la vista puesta en el infinito, muchos desconocían que su pueblo había sido borrado del mapa.
El presidente Óscar Berger sobrevoló la zona afectada, sin poder aterrizar, debido al mal tiempo. La ayuda seguía siendo poca. “Es terrible; esto es una tumba”, expresó el procurador de los Derechos Humanos, Sergio Morales, quien llevó ayuda desde el viernes pasado. Panabaj y Tzanchaj, cuna de la cultura tzutujil del lago de Atitlán, se fundaron hace unos 50 años. Contaban con unos cinco mil habitantes, que se dedicaban en su mayoría al cultivo del café de altura y a la artesanía y la pintura.