Ciudades

Anne Girard y la historias de sus 400 cámaras fotográficas

La verdadera pasión de la escritora Anne Girard, autora del libro <em>Rostros de la Guatemala Indígena</em>, está detrás de las cámaras. Vive rodeada de postales y una colección de unas 400 cámaras fotográficas.

Anne Girard mantiene una colección de cámaras de 1900 a 1980. (Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano)

Anne Girard mantiene una colección de cámaras de 1900 a 1980. (Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano)

Amable y sencilla, Girard es una fotógrafa nacida en Suiza que llegó a Guatemala por primera vez en 1971; sin embargo, el cariño que recibió de los guatemaltecos, el paisaje y el clima del país la motivaron a regresar en 1974, cuando decidió quedarse a vivir en la tierra del quetzal.


Desde los 14 años sintió atracción por la fotografía, pasaba todos los días frente al almacén en donde vendían los aparatos y estaba encantada por una pequeña 120, una Agfa Clack, que costaba unos US$3 (ahora unos Q22). “Guardé centavo por centavo hasta que compré la cámara”, recuerda.

A los 16 años, en 1964, inició sus estudios de fotografía en su país, los cuales duraron tres años, y en la década de 1980 comenzó a coleccionar cámaras, luego de ver una pequeña serie de un amigo fotógrafo en Suiza.

Girard colectó hasta 700 cámaras, pero, por falta de espacio se vio obligada a deshacerse de una buena parte.

La primera cámara de su colección fue una Spartus Press Flash, la cual aún sigue en su inmensa vitrina, donde tiene parte de las 400 cámaras que posee. Recuerda que fue una de las que menos ha pagado por ella (Q0.75 centavos), aunque posteriormente le tocó desembolsar hasta US$2 mil por otras (Q14 mil 600), entre ellas una de estudio, alemana, de marca Sterling.

Colección de cámaras, propiedad de Anne Girard. (Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano)

En su colección se aprecian cámaras pequeñas y de estudio. Sus favoritas son una Foto Ansco, también la Sterling alemana y una Kodak Batam Especial, de 1938, que es de la línea Art Deco. Además, otras francesas, japonesas y estadounidenses.

Girard cuenta con orgullo que todas las cámaras que guarda en su vitrina fueron compradas en Guatemala, la mayoría en Quetzaltenango. “Antes pagué mucho más del valor de una cámara, pero luego compré libros de colección que me guiaron a comprar cámaras antiguas”, expuso.

“Mis cámaras representan parte de la historia de la fotografía en Guatemala”, comentó Girard, quien en su casa guarda varios accesorios de fotografía y retratos de antaño.

En la actualidad, junto a otra persona, trabaja en una investigación de la historia de la fotografía. Considera que el próximo año publicarán un libro con “lujo de detalles”, que narra la fotografía desde 1846 hasta la década de 1970, antes de la llegada de la fotografía digital.

En la vida personal, Anne Girard se casó con el guatemalteco Salvador Marroquín. (Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano)

Pasión y pasatiempo

Desde su llegada al país le gustó el colorido y la diversidad de la vestimenta indígena, por lo que trabajó por varios años para el Museo Ixchel.

“Me gusta retratar a las personas en su ambiente, en la calle. En su momento retraté todo el Centro Histórico de la ciudad de Guatemala, posteriormente me dediqué a documentar imágenes de la vestimenta indígena, porque es único en el mundo”, expuso.

“La fotografía es mi pasatiempo, es una pasión”, comenta. La emoción de fotografiar la indumentaria indígena en el país, más en el occidente, la llevaron a publicar sus primeros libros: Visión etnográfica de la indumentaria maya de Guatemala y posteriormente Rostros de la Guatemala Indígena.

Ambas publicaciones representan colecciones fotográficas de trajes indígenas más grande de Guatemala. Además, captó la diversidad de bordados e incluyó la historia de cada una de las prendas.

Para Girard, cada fotografía cuenta una historia, al igual que cada cámara fotográfica que guarda en su vitrina.

Anna Girerd posa con algunas cámaras de su colección. (Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano)

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