El conjunto de las barras y las estrellas sumó 12 puntos, por debajo del líder México (21), Costa Rica (18), Panamá (13) y Honduras (13), apenas por encima de Trinidad y Tobago (6).
El gol en propia puerta de Omar González (17') y la anotación de Alvin Jones (37') fueron suficientes para dar la gran sorpresa en las eliminatorias de Concacaf (Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribde de Fútbol).
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El descuento de la joya norteamericana Christian Pulisic (47') no fue suficiente para un equipo impotente, ansioso e inofensivo que se vio sobrepasado por la presión.
Para los visitantes el partido fue una pesadilla de principio a fin. En el peor momento posible de las eliminatorias, mostraron su peor cara y sufrieron ante el rival más débil del hexagonal.
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— U.S. Soccer MNT (@ussoccer_mnt) October 11, 2017
Contrario a su furioso inicio ante Panamá el viernes pasado, el conjunto de las barras y las estrellas decidió salir a manejar el partido, sabiendo que un punto era suficiente para asegurar una clasificación virtual.
Pero Trinidad, que venía de dejar un buen sabor de boca en México a pesar de la derrota por 3-1, tenía otros planes. Primero fue el autogol de González, que intentó rechazar con la pierna zurda y terminó por darle el impulso necesario a la pelota para el 1-0 en propia puerta.
Ya los trinitarios habían intentado acercarse con velocidad al contragolpe al arco de Tim Howard, pero el autogol del defensa del Pachuca cambió los planes de ambos equipos. El visitante despertó, pero le costó acercarse con peligro al área rival.
Entonces, con un Michael Bradley abandonado en mediocampo, Trinidad calcó sus ataques más peligrosos ante México y volvió a golpear en el corazón estadounidense a través de Alvin Jones (37’).
La sorpresa ya era mayúscula y, debido al mal primer tiempo, por momentos parecía irremontable. Lo fue. Los visitantes empezaron a mirar de reojo los partidos de Panamá y de Honduras, que definirían su destino, algo impensable en la previa.
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Para el complemento, Arena mandó al histórico goleador Clint Dempsey a la cancha, pero gravitó poco en el juego. Quien apareció en el momento de más urgencia fue Pulisic, que con sus 19 años se puso el equipo al hombro, pero no fue suficiente.
La parte complementaria fue un monólogo de pases laterales de Estados Unidos. Bradley buscaba conectarse con Jozy Altidore, Bobby Wood, Dempsey y Pulisic, pero no lastimaban a Trinidad.
Los locales no necesitaron de una gran estrategia defensiva. Cual frontón, los trinitarios apenas se concentraron en despejar cualquier pelota que se acercara a su área. Los visitantes, impotentes y ansiosos, no mostraron sus mejores armas.
Sobre el final, con la noticia de que estaba fuera del Mundial con la victoria 2-1 de Panamá sobre Costa Rica y de Honduras sobre México por 3-2, Estados Unidos intentó todo: por aire y por tierra, de pelota parada y en movimiento. Pero nada fue suficiente.
Estados Unidos, contra todo pronóstico, quedó eliminado en un ciclo que inició con el alemán Jürgen Klinsmann como entrenador pero terminó con Arena, que el verano pasado levantó la Copa Oro, un consuelo que no parece suficiente para esta eliminación.