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¿Por qué México considera que no puede ni le conviene aumentar los salarios como piden Canadá y EE.UU. en el nuevo NAFTA?

Es uno de los temas más complicados, y que según especialistas puede afectar las actuales renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN): los bajos sueldos de los trabajadores en México, que sus socios en el acuerdo consideran una competencia desleal. 

México tiene los salarios más bajos de la región del TLCAN. (Foto Prensa Libre: BBC Mundo)

México tiene los salarios más bajos de la región del TLCAN. (Foto Prensa Libre: BBC Mundo)

Canadá y Estados Unidos piden que se promueva un incremento sustancial de los salarios mexicanos.

Es un requisito para mantener por buen camino las negociaciones del nuevo TLCAN, señalan los funcionarios estadounidenses y los sindicatos de Canadá.

Pero el gobierno y empresarios de México aseguran que no hay condiciones en el país para aceptar la propuesta.

Además, según el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, la decisión de incrementar los salarios “es un asunto interno” del país.

No se ve una salida fácil, coinciden expertos consultados por BBC Mundo.

Por un lado la diferencia de las economías del TLCAN hace difícil nivelar los salarios entre los tres países.

Y al mismo tiempo, la realidad es que México sí tiene un margen para incrementar el ingreso mínimo de los trabajadores.

Es el más bajo de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) de la que forma parte.

Gran diferencia

La disparidad salarial entre los socios del TLCAN es importante.

De acuerdo con el Departamento del Trabajo de Estados Unidos, este año el sueldo promedio en la industria maquiladora y empresas exportadoras de bienes fue de US$26.19 por hora.

En cambio, los trabajadores mexicanos que realizan las mismas funciones en su país obtuvieron un salario de 340 pesos por jornada laboral completa. Es decir, un promedio de US$2.36 por hora: el 9% de los ingresos de sus pares estadounidenses.

Por eso las quejas.

Wilbur Ross, secretario de Comercio de Estados Unidos, insiste en que los bajos ingresos son un atractivo para la migración a México de empresas de su país.

“El salario mínimo en México apenas ha cambiado en pesos desde hace varios años, y el peso se ha depreciado bastante frente al dólar”, dijo ante senadores.

“En términos de poder adquisitivo, el trabajador mexicano promedio está mucho peor que como estaba hace cinco o 10 años. Esa no era la intención original del TLCAN”.

En Canadá comparten la idea.

Jerry Dias, líder de Unifor, el sindicato más grande de ese país y que representa a los trabajadores del sector de la automoción, las comunicaciones, la energía y las papeleras, dice que un nuevo tratado en la región debe incluir mejores ingresos para los mexicanos.

“No podemos tener un acuerdo trilateral donde el salario mínimo en México es de US$0,90 la hora”, afirmó.
Para el sindicato canadiense, lo menos que debería pagarse a un trabajador mexicano son US$4 ; es decir, 72 pesos por hora.

Las estimaciones se refieren a los trabajadores de la industria de manufactura y de exportación, la competencia más directa de los sindicatos de Canadá y Estados Unidos.

Pero ellos representan sólo una parte de los 52 millones de mexicanos con algún tipo de empleo en el país.

“Sí se puede”

¿En verdad no es posible incrementar el salario mínimo en México, como proponen los socios del TLCAN?

Las autoridades y grupos empresariales dicen que eso depende del mercado, la competencia y la productividad de los trabajadores.

No es un asunto que pueda realizarse por decreto, insiste la Secretaría de Economía.

Y según la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), una decisión de este tipo provocaría aumento en la inflación.

Pero no es tan cierto, le dice a BBC Mundo Oliver Santín Peña, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Es falso, es un argumento para manipular a la opinión pública porque de cualquier manera este año hemos tenido aumento de inflación, y no precisamente por los incrementos salariales”, explica.

Además, existen estudios oficiales, como los realizados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi) que contradicen la idea de que incrementar el sueldo mínimo provoca una escalada de aumentos.

Eso dice Juan Carlos Moreno-Brid, investigador de la Facultad de Economía de la UNAM.

“Había un mito de que todos los ingresos subían al aumentar el salario mínimo”, explica a BBC Mundo.

“Se ha visto que no, los estudios del Inegi revelan que cuando subes los salarios mínimos aumentan los que ganan dos o hasta tres veces “ ese sueldo.

Legalmente el ingreso mínimo de un trabajador es de 67.29 pesos por jornada laboral de ocho horas; es decir, poco más de US$3.7 al día.

Según datos oficiales, el ingreso de poco más de seis millones de personas es de un salario mínimo al día. Es decir, representan el 11% de la población económicamente activa del país.

El 97% de quienes tienen ese ingreso no tienen seguridad social, como servicio médico o derecho a jubilación.

Ganancia empresarial

Hay más que números en la resistencia mexicana para incrementar los salarios.

El investigador Santín Peña recuerda que una parte del éxito de consorcios empresariales y comerciales tiene su base en los bajos sueldos de sus empleados.

Por eso un incremento de los salarios en México no es tan complicado.

“Sí se puede, pero debe haber voluntad política no solo del gobierno sino de los sectores empresariales mexicanos, que se benefician enormemente maximizando sus ganancias al mantener niveles bajos de salarios”, asegura.

No es todo. Empresarios, autoridades y algunos analistas insisten en que la mejor forma de incrementar los salarios es con base en la productividad de los trabajadores.

Pero es un elemento al alza en los sectores más competitivos del TLCAN, como la industria automotriz.

En los últimos años México se convirtió en uno de los mayores exportadores de automóviles en el mundo.

La industria genera un promedio de US$52 mil millones al año en ganancias.

Y como esa industria existen otras que ubican al país entre las 15 mayores economías del mundo.

Sin embargo, el ingreso de sus trabajadores no camina en el mismo sentido. La capacidad de compra de este dinero se ha reducido en términos reales desde hace décadas, sostienen los especialistas.

Y al mismo tiempo las cifras macroeconómicas rinden buenas cuentas.

En los últimos años el discurso oficial y de grupos empresariales es que los aumentos de sueldo están atados a una mayor productividad.

Buena idea, dice el investigador Moreno-Brid. “Sería buenísimo que se hiciera, pero en el tiempo que los salarios mínimos cayeron la productividad no bajó”.

BBC Mundo solicitó entrevistas sobre el tema a la Secretaría de Economía y a la Confederación de Cámaras Industriales de Comercio (Concamin), que representa a la mayor parte de los consorcios de manufacturas en el país. No hubo respuesta.

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