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Arco de Santa Catalina, ícono de la ciudad, será remozado; paso estará restringido

El arco de Santa Catalina Mártir, conocido también como el arco de La Merced, en la 5ª avenida norte de Antigua Guatemala, Sacatepéquez, será remozado debido al deterioro provocado por la lluvia de los últimos meses. 

El arco de Santa Catalina será remozado y el paso de peatones y vehículo quedará cerrado. (Foto Prensa Libre: Julio Sicán)

El arco de Santa Catalina será remozado y el paso de peatones y vehículo quedará cerrado. (Foto Prensa Libre: Julio Sicán)

Durante un mes y medio el ícono de Antigua Guatemala será restaurado, además de un área pequeña del templo.

Osmín de la Maza, responsable de la obra, explicó que el monumento no tiene ningún daño en su estructura, por lo que no hay ningún tipo de colapso u otro tipo de riesgo.

“Se trata de trabajos de mantenimiento que consisten en el retiro de plantas, hongos y pintura vieja. Además, esos trabajos podrían terminarse antes del tiempo estipulado debido a que van a trabajar los fines de semana”, enfatizó.

Agregó que, por seguridad de vecinos y turistas, el paso a peatones y vehículos estará cerrado hasta que se terminen los trabajos.

Carmen de Tabín, presidenta del Comité de la Calle del Arco, dijo que la intervención del monumento fue a solicitud de ellos, en conjunto con la municipalidad, el Consejo Nacional para la Protección de la Antigua Guatemala y el Instituto Guatemalteco de Turismo, este último aportó para la obra Q70 mil.

Ícono de la ciudad

“El arco de Santa Catalina Mártir es uno de los íconos de la imagen urbana de Antigua Guatemala, su edificación es del siglo 18 cuando las monjas concepcionistas, que habitaban el monasterio, solicitaron al Ayuntamiento el cierre de la calle de Mercaderes para comunicar las dos construcciones y evitar ser vistas por los vecinos, debido a las reglas de clausura del convento”, explicó Enrique Berdúo, cronista de la ciudad.

Agregó que, las autoridades optaron por la construcción de un paso elevado en forma de puente para no obstruir la referida calle y así el arco comunicó el coro del templo con otro ambiente del monasterio.

“En el siglo 19, durante la reconstrucción de la ciudad por el regidor José María Palomo y Montufar, se instalaron en la ciudad tres relojes públicos, uno de ellos en el arco de Santa Catalina, los otros estaban en el templo de la Escuela de Cristo y el Ayuntamiento”, señaló el cronista. 

La torre de este reloj era sencilla, de forma octogonal y en su cúspide tenía una campana que indicaba las horas en punto, pero en 1943 para las celebraciones del cuarto centenario del traslado de la ciudad de Santiago al Valle de Panchoy se llevaron a cabo varias obras para mejorar el aspecto de la torre del arco de Santa Catalina.

Una década después la municipalidad le encargó al maestro Rodolfo Galeotti Torres la transformación de la torre, quien se inspiró en la arquitectura del conjunto monumental de La Merced y la integró al estilo que actualmente luce.

“Con el paso de los años el arco de Santa Catalina Mártir se convirtió en uno de los elementos más distintivos de la ciudad y en un referente testimonial, que tienen los visitantes de su estadía en la ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad”, destacó Berdúo.

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