Robo de objetos
El religioso pide que en los cementerios haya más seguridad, ya que es recurrente el robo de lápidas, objetos de bronce y otros metales.
Barrios considera que quienes abrieron las tumbas suponían que los cuerpos de los sacerdotes, inhumados entre 1960 y 1980, tenían alguna joya, pero fueron sepultados solo con sus ornamentos. Además, considera que los cuerpos ya se desintegraron.
Áreas aisladas
Manuel Chilín, párroco del templo El Calvario, zona 1, indicó que trabajadores del camposanto le han comentado que allí la profanación de tumbas es común, sobre todo en áreas aisladas.
El religioso refirió que, según algunos, las osamentas son utilizadas para hacer “cosas malas”.
“Pedimos más control de las autoridades del cementerio, en cuanto al cuidado de las tumbas y de los visitantes”, dijo Chilín.
Tumbas dañadas
En un recorrido por algunas áreas del Cementerio General se comprobó que varias tumbas están dañadas o les han robado la lápida o estructuras de metal. En una se observó acumulación de basura y restos de objetos quemados.
A unos metros del panteón del clero arquidiocesano hay una tumba abierta que ya no contiene restos óseos, pero sí del ataúd.
Barrios indicó que de parte de la administración del cementerio repararon las tumbas dañadas y fue colocado un candado en la compuerta de la cripta, para evitar el ingreso de personas.
Se consultó a Comunicación Social del Ministerio de Salud sobre la profanación de tumbas, pero indicaron que se cuestionara a la administración del camposanto, que se limitó a decir que desconoce lo sucedido y no podía pronunciarse.
Ritos en el cementerio
Según sepultureros, entre los panteones es común encontrar frascos de vidrio que guardan prendas de vestir, polvos y papeles con listados de nombres de personas, sobre quienes se cree tendrá efecto algún hechizo.
Cuentan que quienes ingresan de forma ilegal al cementerio, por las noches, con el afán de efectuar algún rito, entran por el barranco que colinda con el barrio El Gallito.
En ocasiones han violentado las tapaderas de los osarios generales para sustraer huesos y luego efectuar algún ritual. Al día siguiente, los empleados deben recoger los restos, reembolsarlos y regresarlos al osario.
En ese lugar ahora patrulla un vehículo policial, luego de que el año pasado un grupo de supuestos pandilleros mató a un empleado del cementerio que intentó detener un rito, a plena luz del día.
En algunos casos, los cuidadores han hallado cuerpos de animales, como aves, en nichos vacíos.
Otras ciudades
En Jalapa, como en otros departamentos, pobladores tienen supersticiones sobre acciones en cementerios para obtener un beneficio o causar daño a alguien.
Por ejemplo, creen que la tierra de un panteón tiene energía negativa y que combinada con hierbas y líquidos o fotos tendrá efecto sobre determinada persona, incluso en cuestiones amorosas.
Un caso peculiar fue el de una joven que se suicidó porque su novio rompió la relación. Antes de inhumarla, un pariente de la mujer le amarró un listón negro en uno de los dedos del pie derecho con la creencia de que atraería la muerte del novio
