Operación de riesgo
Por un momento ambos padres miran a su hija y luego indican que en el Hospital Roosevelt recibieron apoyo para la cirugía que contempló la colocación de dos barras y 16 tornillos en la columna.
“Nos dijeron que era una operación riesgosa”, dijo el padre, quien es pastor en una iglesia evangélica.
Agregó que, al parecer, todo había salido bien, pero luego les indicaron que tenía que ser operada de nuevo, pues un tornillo le dañó la médula. “Firmé un papel. Me dijeron que si no firmaba no seguían el caso”, recuerda Álvarez, quien junto a su familia reside en Boca del Monte, Villa Canales.
La situación para la familia empeoró cuando se enteraron de que su hija quedaría en silla de ruedas, pero el optimismo y las terapias han ayudado a la paciente a recuperar un poco la sensibilidad en sus piernas.
Adaptarse a una nueva vida causó depresión a Marjorie. “Mi hija era activa. En la banda del colegio tocaba el redoblante”, recuerda Álvarez. A causa del padecimiento, Estrada baña y cambia de ropa a su hija, quien gracias al apoyo moral y espiritual retomó sus estudios los fines de semana y este mes se graduará de perito contador.
Aunque se desconoce la causa exacta de la enfermedad, los médicos descartaron que se tratara de algo hereditario.
Anteriormente la familia tenía una panadería, la cual cerraron a causa de las extorsiones. Actualmente se dedican a la venta de pan de casa en casa para agenciarse de fondos. “Mi anhelo es que mi hija camine”, dice entre lágrimas Ismelda, quien afirma que hay esperanza de que camine de nuevo, pero se necesita un aparato que servirá para fortalecer las piernas de su hija y la familia no cuenta con recursos para adquirirlo.
Fuerza de voluntad
Marjorie, cuyo anhelo es tener un trabajo, recuerda que ha sido difícil esta situación, pero el apoyo de su familia le ha dado fuerzas y espera ansiosa el día de su graduación.
Entre sus aspiraciones está estudiar Psicología Industrial. “Nada es imposible, hay que luchar por los sueños. Tengo que volver a caminar, por eso me esfuerzo cada día”, asegura la joven.
Si alguien desea ayudar a Marjorie se puede comunicar al número 41406635.