La basura amenaza con seguir su paso hacia la profundidad del mar Caribe y producir daños irreversibles para muchas especies y los arrecifes de coral.
Hace un año en ese lugar se observaba arena blanca y promontorios de basura apilada en la orillas, pues se había limpiado gran parte de la playa y se empezaba a clasificar los desechos sólidos, reciclar algunos e incinerarlos en las calderas de una cementera; sin embargo, pese a los esfuerzos, la basura continúa llegando desde las poblaciones cercanas a la cuenca a lo largo de los 486 kilómetros del Motagua, el río más extenso del país.
Declaramos la guerra al plástico en los océanos. Queremos #MaresLimpios porque estas imágenes son insoportables https://t.co/r0EhaPCUfc pic.twitter.com/ckXTTO5HwU
— Naciones Unidas (@ONU_es) 26 de marzo de 2017
No se dan abasto
Pobladores señalan que las biobardas —trampas para recolección de desechos— instaladas a unos tres kilómetros de la bocabarra han apoyado, pero durante la temporada de lluvias estas son insuficientes y el río vuelve a llevar grandes cantidades de desechos hasta el lugar.
Marcos Dubón, alcalde auxiliar de El Quetzalito, aldea que se halla a 10 minutos de la desembocadura del río, expresó que junto al Consejo Nacional de Áreas Protegidas y al Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (Marn) se ha intentado reducir la cantidad de basura que pasa por esa comunidad, pero que la fuerza de la corriente ha superado la barrera.
Agregó que cuentan con 15 personas que se han unido a la tarea de retirar basura de la playa, pero resalta que esta es excesiva y continúa llegando con frecuencia, lo que imposibilita que llegue al mar
“Estamos saliendo en embarcaciones pequeñas para poder hacer el trabajo, pues por el momento tenemos dañado el motor del bote grande, por lo que dejamos la basura apilada; el problema es que siguen vertiendo desechos en el río y en cuestión de días todo vuelve a quedar como si no hubiéramos hecho nada. Hay que buscar otras estrategias para erradicar este problema”, resaltó.
Miguel Maldonado, guardarrecursos del Conap en Punta de Manabique, detalló que unas 120 toneladas de basura se retiran cada semana del área, lo que evidencia que no hay controles en las partes altas del afluente para evitar la contaminación.
“En las ciudades simplemente desechan la basura quitándola de su vista, pero tenemos que ser conscientes que un bote de plástico, una bolsa u otro desecho, al tirarlo al río, viaja por toda la cuenca y llega al mar y produce un gran daño ambiental”, expresó.
Construyen bodega
Carlos Rodas, delegado del Marn en Izabal, indicó que se construye una bodega para el almacenaje de residuos sólidos que se clasifican luego de haber sido extraídos del río o recogidos en la playa. Además, se trabaja en otras estrategias con el ministro Sidney Samuels, quien recientemente, en una reunión con autoridades de Ambiente de Honduras, reafirmó el seguimiento de la limpieza y otras acciones para mitigar la contaminación en el Golfo de Honduras.
Añadió que se espera que la bodega se encuentre lista a finales de este año, como parte de las acciones para frenar la contaminación. También se instalará una biobarda más grande para retener mayor cantidad de desechos que serán recolectados con una grúa instalada a un costado del río.
“También se hacen estudios para verificar si es solo el río Motagua en el que se vierten desechos o si hay otros ríos contaminantes del lado hondureño que se unen a los que salen de corrientes guatemaltecas”, agregó Rodas.
Presión internacional
Las presiones internacionales por la contaminación se están haciendo cada vez más fuertes, pues medio de comunicación de varios países han hecho publicaciones sobre el problema luego de que la fotógrafa y activista británica Caroline Power, quien reside en una zona de las Islas Roatán, Honduras, durante un recorrido vacacional encontró una mancha de basura flotando en el área de esas islas, algo que describió como un “gigantesco mar de basura”.
Power escribió en Facebook junto a una serie de fotografías: “Piensa en tu vida diaria. ¿Cómo has tomado tu comida la última vez? ¿Cómo has servido tu última comida callejera? Lo más probable es que en un recipiente de polietileno y servido con un tenedor de plástico, para luego desecharlo en una bolsa de plástico”.
La fotógrafa explicó que en Roatán recientemente se aprobó la prohibición del uso de bolsas plásticas y unas leyes relativas a la importación de envases de ese material, pero que diversidad de personas y comercios aún no las aplican y que junto a la contaminación procedente de Guatemala, la de la isla también contamina el océano.
“Culpan a Guatemala por toda la basura que estacionalmente envuelve nuestra isla, pero si bien hay una plaga de contaminación que llega del río Motagua, no son totalmente responsables. Todos somos culpables”, señaló.
Ríos contaminados
A pesar de que la mayoría de ríos de la Costa Sur arrastra gran cantidad de desechos, la contaminación en las playas del océano Pacífico no se observa como en el mar Caribe, en parte por la reducida extensión de los afluentes y por lo dispersas que se hallan las desembocaduras.
No obstante, el alto grado de contaminación de los ríos que pasan por Escuintla quedó evidenciado la semana pasada cuando el río Pacayá se tiñó de morado, debido a productos químicos que vierten empresas.
Cada año, 8 millones de toneladas de plástico van a parar al mar. Proteger los océanos es uno de los #ODS: https://t.co/ZUnqpP8mAj pic.twitter.com/P1xSN0uHci
— Naciones Unidas (@ONU_es) October 7, 2017
Este y otros ríos arrastran además desechos sólidos lanzados por vecinos en las orillas, así como gran cantidad de aguas residuales.
Héctor Gutiérrez, delegado del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (Marn) en ese departamento, expresó: “Es impresionante la gran cantidad de desechos que va a parar al mar. Va de todo, no solo plásticos y desechos alimenticios, sino que también cadáveres de animales y hasta desechos hospitalarios”.
Añadió que hace unos meses se hizo una limpieza en el Canal de Chiquimulilla en el sector de Puerto San José de donde retiraron unas 40 toneladas de basura.
“Es necesario que las municipalidades se comprometan con el medio ambiente, pues estas pueden sancionar a los infractores, sobre todo a quienes tiran la basura en basureros clandestinos”, resaltó.
Rodrigo Chay, delegado del Marn en Suchitepéquez, manifestó que en la mayoría de ríos que pasan por ese departamento hay todo tipo de contaminación como industrial y de la población común.
Los afluentes más grandes de Suchitepéquez son Sis, Madre Vieja, Nahualate, Ixtacapa, Quilá, Icán y Sacuá y todos son contaminados.
Según Adrián Donis, encargado de la Unidad de Gestión Ambiental de la Municipalidad de Mazatenango, un estudio de impacto ambiental reveló que hay 12 basureros clandestinos en la ciudad y la mayoría se encuentran en orillas de ríos. “Hemos hecho campañas de limpieza, pero a los 10 días de nuevo hay basura en el lugar”, indicó.
En Retalhuleu los ríos más contaminados son el Samalá, que arrastra desechos sólidos y aguas residuales desde Totonicapán y Quetzaltenango y el Bolas, que pasa por la cabecera.
Vecinos señalan que muchas familias pagan a indigentes para que se lleven la basura, pero estos la dejan cerca del río y en época de lluvias el caudal crece y arrastra todo tipo de desechos que van a parar al mar.
Desechos al Motagua
Al menos cuatro ríos que pasan por Chiquimula, uno de estos que nace en Honduras, y se unen al Motagua arrastran gran cantidad de desechos sólidos y otros contaminantes.
Carla Carrera, delegada del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (Marn), comentó que los principales afluentes que atraviesan la cabecera son Shutaque, Tacó y San José, que luego se unen al río Grande, el cual nace en Honduras, donde es llamado Jupilingo, y luego pasa por Zacapa antes de unirse al Motagua.
Aunque el río Grande no pasa por la ciudad de Chiquimula, sí lo hace por Camotán y Jocotán, donde recibe gran cantidad de desechos sólidos y aguas servidas, lo mismo que los tres que atraviesan sectores de la cabecera.
Además, a su paso por Zacapa ese río recibe también todo tipo de desechos que llegan al Motagua.
Carrera indicó que el río Grande obtiene la mayor parte de contaminación en comunidades del área chortí, debido a los desagües de barrios y aldeas adyacentes que generan contaminación.
Otro factor que degrada el medioambiente son las actividades agrícolas, en especial de maíz, frijol y café. Los desagües de los terrenos de cosecha llevan al río compuestos químicos como fertilizantes y residuos de los productos agrícolas.
La funcionaria señaló que muchas personas usan explosivos pirotécnicos para facilitar la pesca, pero generan gran contaminación por los compuestos químicos que se liberan en el agua, así como por la destrucción de la fauna y flora acuáticas.
Explicó que el Marn ha organizado talleres sobre el cuidado del medioambiente y las consecuencias de las acciones que campesinos y vecinos que afectan los ríos.
“Hablamos con las personas en comunidades del área rural, así como con agricultores y campesinos para que vean el daño hecho en los ríos de Chiquimula. Es todo una cadena de eventos que desemboca en contaminación y enfermedades. Aún estamos a tiempo de contrarrestarlos, pero necesitamos la colaboración de toda la población”, enfatizó Carrera.
Agregó que para retener un poco la contaminación, en el 2016 se colocaron biobardas en sectores del río Grande en Camotán y Jocotán. La mayor parte de basura que se reunió fue duroport, plásticos, envases de vidrio y bolsas de nailon, por lo que las biobaradas se colocarán de nuevo en otros sectores, a mediados de diciembre.