De acuerdo con Rafael Pérez, director del programa de Salud Global de la Universidad de Yale, impulsora del estudio, Guatemala tiene la más baja inversión en el continente para niños menores de 5 años, un aproximado del 0.4 por ciento del producto interno bruto.
“La desnutrición crónica afecta a uno de cada dos niños y niñas menores de 5 años, y la cobertura pública en el ámbito de aprendizaje temprano es casi inexistente desde el nacimiento hasta los 4 años, y la educación inicial de 4 y 5 años alcanza al 13.4 por ciento”, enfatizó Pérez.
Recomendaciones
Las propuestas del estudio para el país son, en principio, crear políticas públicas que faciliten un cuidado a los menores, como licencias de paternidad remuneradas para madres y padres, pausas para lactancia materna durante turnos de trabajo y licencias pagadas para que los padres cuiden a sus hijos enfermos.
Además, recomiendan crear capacidad para favorecer el desarrollo en la primera infancia mediante coordinación multisectorial, y garantizar la rendición de cuentas en todos los servicios de desarrollo infantil, aumentar la investigación y fomentar liderazgo.
The Lancet también enfatizó en las bases para que una niñez pueda tener un desarrollo infantil integral: nutrición, seguridad y protección, salud, atención y afecto, así como un aprendizaje temprano.