“El éxito del negocio es levantarnos temprano para salir a las calles a recolectar productos reciclables, esto nos ayuda a la economía del hogar y a cuidar el planeta. Hay vecinos que ya se han involucrado a este proyecto y les compramos el producto reciclable que nos llevan”, expresó Mejía.
Mejía añadió que otro de las razones por la que se dedicó a reciclar es que en San Sebastián es difícil encontrar empleo formal. Además, sus hijos y nietos estudian y necesitan de su apoyo.
Gladis Mazariegos, esposa de Efraín, refirió que cuando iniciaron fue difícil porque apenas les alcanzaba para comer, y poco a poco fueron encontrando a personas que compraban los materiales y de esa manera mejoraron.
“Aunque este trabajo es bonito, nos arriesgamos a ser arrollados por vehículos; sin embargo, sabemos que es nuestra única fuente de ingresos y debemos hacerlo”, expresó Mazariegos, quien destacó que esa labor los ha unido como familia.
Mazariegos dijo que entre los productos reciclables que recolectan los reutilizan en su hogar, como ropa, plásticos y con las latas hacen manualidades para decorar.