URBANISMO Y SOCIEDAD
“Marabuntas las hormigas brasileñas”
Así empieza la historia de las maras, que es el término sintetizado de la hormiga guerrera, hormiga legionaria o marabunta, que se aplica a más de 200 especies de hormigas de diferentes subfamilias y géneros, que se caracterizan por su agresivo comportamiento depredador, su carácter nómada y sus incursiones o “razias”, en las que un enorme número de hormigas de 100,000 a 2,000 000 obreras adultas en columnas de hasta 20 m de ancho y 200 m de largo, se adentran en un área atacando a sus presas en masa”. Este es el estereotipo que se les aplica a las pandillas delincuenciales, una percepción exagerada y con pocos detalles, simplificada, que se tiene sobre un grupo de personas. Y nació el término “mara”, una síntesis de marabunta, por el modo en que se movían estos jóvenes que provenían de los procesos de tugurizacion de la Ciudad de Guatemala desde los años cincuenta. Sus primeras manifestaciones urbanas se dieron en los movimientos sociales de marzo y abril de 1962, cuando se involucraron los universitarios en las luchas contra el gobierno.
En los años noventa las maras estaban ubicadas en las zonas de la capital, que fue la que más problemas tuvo en los asentamientos posterremoto de 1976. Aquí es donde se va a desarrollar el crimen organizado, cuando emigran junto a los salvadoreños a Estados Unidos. Fueron iglesias y grupos de apoyo a la inmigración que los instaban en las comunidades en Estados Unidos y creaban albergues para las víctimas de guerras civiles que se vivían en países de Sudamérica y Centroamérica en los años ochenta, los cuales fueron cooptados por la delincuencia mexicana “MM” y la “Eme” con crímenes, asesinatos, violaciones, robos, asaltos, crímenes financieros, secuestros, extorsiones, desestabilización política normal, problemas fronterizos menores, corrupción, fraudes, ataques cibernéticos y violación ambiental.
En octubre del 2006 se acentúa la crisis en Guatemala con los asaltos a los buses, con las amenazas de la vida a los choferes. Según los estudios de la Usaid, la cantidad de miembros de las maras MS-13 Y 18 St. dentro de las fronteras de México es alrededor de 20,000. Pero estos son expulsados a sus países de origen, vecinos de Guatemala, Honduras y El Salvador que son casi 100,000. Pero según el Department of Justice de Estados Unidos hay ya 30,000 pandillas en Estados Unidos que suman alrededor de 800.000 miembros operando. The US Homeland Security informa que han deportado 72,173 personas ligadas con hechos criminales, las cuales son de México y el resto, de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, donde se ha incrementado en 309% la población carcelaria en Guatemala (PL))
El despliegue de las “maras internacionalizadas”, hasta el año 2003, son las que se instalaron a lo largo de la frontera con México, copadas por las bandas mexicanas del narcotráfico. Las Salvatrucha mantienen una confrontación muy violenta por territorios con los 18St, con quienes se enfrentan corrientemente, las cuales continúan dentro y fuera de las cárceles (donde se ha incrementado en 309% la población carcelaria (PL).
Las que no han podido controlar las autoridades penitenciarias, donde los enfrentamientos son tan violentos llegando a generar un estado de guerra dentro de estas. Caso de El Salvador, donde se está recrudeciendo la violencia, llegando a regresar los escuadrones de la muerte (PL). El problema más grave es la falta de educación pública en el país, que no es una prioridad del Gobierno, ni tampoco es una política de Estado por la calidad educativa y la protección de la cantidad de niños y niñas que son explotados económicamente.
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