CON OTRA MIRADA

La Antigua Guatemala, iluminación sin postes

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La Antigua Guatemala destaca como ciudad histórica conservada debido a su abandono, que la convirtió en una ciudad en ruinas que el tiempo magnificó. De ahí la creación de la Ley Protectora y del Consejo Nacional para la Protección de La Antigua Guatemala (CNPAG), cuya misión es garantizar su permanencia como entidad urbano-arquitectónica, cuya vocación habitacional, cultural y turística  quedó definida en uno de los tantos encuentros internacionales que me tocó coordinar, mucho tiempo atrás.

Al tener a mi cargo su conservación, emprendí la puesta en valor de sus monumentos, haciendo notar el paisaje urbano y arquitectónico. Por aquellos días llegó enviado por la Organización de Estados Americanos, el iluminador oficial de la ciudad de Jerusalén, ingeniero Jacques Stroumsa, con el objetivo de seleccionar edificios emblemáticos y destacarlos. Eso fue posible con el apoyo del señor Ricardo Castillo Sinibaldi, presidente de la Empresa Eléctrica de Guatemala (EEGSA) y su equipo técnico, y la empresa Siemens que donó las luces. Seleccionamos Catedral, Real Palacio y Palacio del Ayuntamiento, que definen la Plaza Mayor. El trabajo se llevó a cabo en pocas semanas y quedó inaugurado durante las fiestas en honor al patrón Santiago, de 1978.

Más tarde y con un proyecto piloto para continuar con la puesta en valor del paisaje urbano-arquitectónico, se autorizó trabajar la Calle del Arco, entre la Plaza Mayor y la Merced. Se eliminaron los postes del tendido eléctrico y alumbrado público, se canalizó subterráneamente el cableado y diseñaron lámparas adosadas a los muros de las edificaciones, con el objeto de recuperar visualmente la imagen de la calle, definida por las fachadas, que por las noches se reducía a la línea de luminarias en el extremo superior de los postes, pensadas para el tránsito vehicular y no para el peatón, para quien la ciudad fue concebida, diseñada y edificada.

En esa oportunidad, el ingeniero Alfredo Rego, vecino de esa calle, por intermedio de su empresa Telectro, donó cincuenta mil quetzales, sumados a la participación de sus profesionales, así como el vínculo con el presidente de la EEGSA, quien de nuevo puso al servicio del proyecto la capacidad técnica y humana instalada. La planificación estuvo a cargo del arquitecto Mario Novella Ceci. Se previeron 22 lámparas, cuyo haz de luz diera al transeúnte la sensación de seguridad. La peatonización y el mejoramiento del pavimento, unificando la superficie en el ancho total de la calle, quedaron pendientes. El proyecto se inauguró el día de Santiago Apóstol de 1984.

En la década de los 90 fue ejecutada una nueva propuesta de eliminación del cableado eléctrico aéreo, en el sector oriente de la ciudad, con el financiamiento de empresarios locales. La iluminación se resolvió con postes altos.

Actualmente hay una iniciativa de la EEGSA para el resto de la ciudad, que ha sido presentada oficialmente. Su presupuesto es exponencial a aquel proyecto piloto de tres cuadras, cuyo costo fueron los Q50 mil donados, invertidos en mano de obra para abrir zanjas, hacer cajas, colocar tubería, cerrar zanjas y restituir el empedrado. Hacer nuevas acometidas subterráneas para contadores de energía y lámparas; el valor de estas, bombillas y su colocación.

Telectro y la Empresa Eléctrica aportaron el diseño técnico. La EEGSA, el cableado, transformadores y su instalación. El CNPAG puso el diseño y la socialización del proyecto; supervisión, dirección y administración de la obra, en una alianza integral de trabajo en la que prevaleció el interés común, por el bien común.

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