ASÍ LO CONTAMOS:
Veintiocho años atrás, nada de eso había; pero sí perseverancia, talento y gente que creyó en él, lo acogió y lo apoyó. En esa historia de décadas atrás está Toluca, sitio a donde el cantautor guatemalteco vuelve en cada gira.
Guatemala, década de 1990. Ese artista alto, de pelo largo y seleccionado de baloncesto, quiere expandir su talento y trascender fronteras. Deja su tierra natal y lucha contracorriente para lograrlo.
Su primer hogar después de esa partida tenía nombre: España. Hace escala en México y la prolonga tanto que hace del país azteca su segundo hogar. En Toluca trabaja en bares pequeños que le sirven de escalera para convertirse en lo que es hoy.
Mayo 2017. Parece que fue ayer. Ya pasaron muchos años, éxitos, admiradores y reconocimiento alrededor del mundo, pero Arjona siempre tiene en mente: “Empiezo mis giras en Toluca porque le debo mucho y es mi forma de agradecerles”.
Una vez más esa ciudad vuelve a ser un comienzo el pasado 3 de mayo para la gira Circo Soledad, con la que el ahora autor, padre de tres hijos y 40 millones de álbumes vendidos, promociona su nuevo disco.
Pero el amor hacia esa tierra mexicana es recíproco debido a que en varias ciudades admiran su talento y lo ovacionan en cada show que ofrece, logra llenos totales en todos los recintos en los que deleita con la potencia musical de sus ritmos y sus admiradores enloquecen al corear cada una de sus canciones.
Pero no solo Toluca tiene un vínculo con el artista. Querétaro, San Luis Potosí, Puebla, Tuxtla y Mérida son otros lugares que le han brindado cariño, confianza y apoyo. Por esa razón, Arjona los incluyó en su reciente gira para proyectar su nuevo espectáculo musical y visual.
Sin embargo, no hay que olvidar a la ciudad de México, esa gigantesca metrópoli que le abrió las puertas y que con el paso del tiempo ha sido parte fundamental de sus historias y motivo de inspiración.
La conexión
Desde que llegó a la ciudad de México se instaló en el Hotel Pisa, considerado como un “hotel de paso”, ubicado en la Avenida Insurgentes Centro y cerca del famoso Paseo Reforma. Cuenta con 100 habitaciones y una de ellas cobijó al artista guatemalteco que se aventuró en una carrera con la que ha logrado éxito que quizá anheló pero que no imaginó.
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La intimidad
La concentración es importante para Arjona y para ordenar sus pensamientos se apoyó en el histórico Café La Habana, fundado en la década de 1950 y ubicado en la calle Morelos de la colonia Cuauhtémoc y esquina de la Avenida Bucareli de la delegación Benito Juárez.
Ese sitio es conocido como el centro oficial que reúne a personalidades de las letras y Arjona pasó varias horas rodeado de personajes que quizá influyeron en la composición de sus temas.
Sin embargo, Café La Habana también figura en la vida del músico, quien lo utilizó como locación para grabar en el 2004 el documental titulado Solo, un DVD en el que incluye algunas reflexiones personales y que es considerado por sus seguidores como una auténtica pieza de colección, quienes también resaltan el vínculo del artista con la ciudad, debido a que en el 2011 presentó el videoclip del tema El amor, cuyo rodaje se efectuó en la Parroquia de María Auxiliadora, ubicada también en esa ciudad.
Éxito total
Catalogado como un personaje que inspira, Arjona fue elegido para formar parte del Paseo de las Luminarias en la Galería Plaza de las Estrellas, y desde 1997 su autógrafo y las huellas de sus manos se encuentran plasmadas en ese sitio junto a otras celebridades como Celia Cruz, José José, Raphael y Paloma San Basilio, entre otras, eso lo consolida como un extraordinario artista.