El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, superó el viernes último el primer examen médico de su mandato y goza de una "excelente salud", según dijo en un breve comunicado el médico encargado de supervisar la salud del mandatario, Ronny Jackson.
Jackson, que ofrecerá más detalles en una rueda de prensa el martes, aseguró que obtuvo buenos resultados del examen que tuvo lugar en el centro médico militar nacional Walter Reed, un hospital a las afueras de Washington al que tradicionalmente han acudido los presidentes para evaluar su estado de salud.
“El examen presidencial en el centro médico militar nacional Walter Reed fue excepcionalmente bueno. El presidente goza de excelente salud y espero poder informar de algunos detalles el martes”, dijo Jackson, que fue el médico del expresidente Barack Obama desde 2013.
Antes de su cita médica, Trump pronosticó que iba a ir “muy bien”, y dijo que estaría “muy sorprendido si no es así”.
“Más vale que vaya bien, o si no la bolsa no estará contenta”, bromeó el presidente en declaraciones a periodistas.
En
Estados Unidos, los presientes no están obligados a someterse a exámenes médicos, pero en las últimas décadas todos los presidentes lo han hecho para mostrar que estaban capacitados para liderar el país y dirigir sus poderosas fuerzas armadas como comandante en jefe.
Según informó esta semana la
Casa Blanca, el examen médico no incluye una evaluación psiquiátrica, pese a las conjeturas sobre la estabilidad mental del presidente que ha desatado la publicación del libro sobre su presidencia “Fuego y furia”, que retrata a Trump como alguien incapaz de procesar información difícil.
Trump, de 71 años, tiene el récord de ser la persona de más edad que ha sido elegida presidente de Estados Unidos, con los 70 que tenía en el momento de su elección en noviembre de 2016.
El presidente no fuma y no bebe alcohol, pero consume hasta 12 latas de cola light al día, unos refrescos que pide con un botón rojo que hizo instalar en el Despacho Oval, según reportes de prensa.
Por ello, conocer el peso y niveles de colesterol de Trump es lo que más curiosidad ha despertado entre el público estadounidense.
Según el libro “Let Trump be Trump”, publicado por su exjefe de campaña Corey Lewandowski, el presidente puede estar hasta 14 horas sin comer para luego cenar cuatro hamburguesas de McDonald's y una tarta de chocolate.
A pesar de sus hábitos alimenticios, durante la campaña para las elecciones presidenciales de 2016, el médico de Trump en Nueva York, Harold Bornstein, aseguró que si su paciente ganaba los comicios sería “el individuo más sano jamás elegido para la Presidencia”.
Bornstein publicó en 2016 un informe en el que se detallaba que Trump, con 1.90 metros de altura y 374 libras, tenía sobrepeso.
Entonces, también reveló que Trump tomaba varios medicamentos: “rosuvastatin” para controlar sus niveles de colesterol; “propecia” para la calvicie; una pequeña dosis de aspirina para evitar ataques de corazón y un tipo de antibiótico para tratar la rosácea, una enfermedad que enrojece la piel.