Juli Briskman se volvió viral cuando en octubre de 2017 iba en su bicicleta e hizo la seña a la caravana del mandatario cuando iba de regreso a la Casa Blanca desde un campo de golf de Sterling, Virginia.
La foto se volvió viral, pero nadie sabía quién era, hasta que ella misma lo aseguró a sus jefes en Akima LLC., una compañía contratista del gobierno. Sus jefes entonces la conminaron a renunciar o sería despedida.
Su popularidad fue tal que el 5 de noviembre ganó la votación para un cargo de supervisora del distrito de Algonkian, en el condado de Loudoun, informó CNN.
Sobre aquel incidente, Briskman dijo en 2018 a esa cadena de televisión que “realmente no es” de las personas que acostumbren hacer esas señas obscenas, pero en esa ocasión quiso demostrar su posición frente a Trump.
“Mi dedo expresó lo que sentía (…) Estoy enojada y frustrada” Briskman en una entrevista.
Briskman integrará una junta de supervisores, instancia que establece políticas y funciones ejecutivas dentro del distrito.
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