La citada ley indica textualmente que se “tomarán en consideración las condiciones financieras del Estado, proporcionada por el Ministerio de Finanzas Públicas (Minfin), y establecerán el impacto de las nuevas condiciones laborales acordadas sobre las finanzas públicas”.
Ricardo Barrientos, economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), explicó que el Minfin debe acompañar la negociación de los pactos colectivos, para cumplir con su función, como establece la Ley de Presupuesto. En ese sentido, esa dependencia tiene la responsabilidad de rendir un informe sobre los costos que genere el cumplimiento de los convenios alcanzados.
“Para que este pacto pueda ser viable, debe identificársele una fuente de financiamiento. Si esto no ocurre y se suscribiera el acuerdo, este sería ilegal”, afirmó Barrientos.
“El presidente de la República habría cometido un error al llegar a un acuerdo sin saber de dónde se va a financiar”, resaltó.
“El ministro de Educación ha cometido un error al mantener oculto el pacto”, advirtió el economista.
Según se sabe, el nuevo pacto colectivo incluiría un incremento del 5 por ciento para los maestros y personal administrativo este año, además de un bono de Q2 mil 500 y el incremento escalonado para los profesores que posean título universitario. Este compromiso implicaría un desembolso de al menos Q1 mil millones.
Solo se aumenta el sueldo
Si se llegara a firmar el pacto colectivo con el sindicato mayoritario de Educación, se convertiría en el tercero de esta índole que se haya suscrito.
El último pacto se concretó en enero del 2013 y fue firmado por la entonces ministra de Educación Cynthia del Águila y el presidente Otto Pérez Molina. En este se acordó un incremento salarial de 30 por ciento para los 162 mil 718 empleados del Mineduc, el cual se entregaría en forma escalonada durante los siguientes tres años.
Lo que se cuestiona es que en rubros como inversión en los programas de apoyo a la educación —refacción escolar, gratuidad, útiles escolares y valija didáctica— no ha habido aumento a un ritmo tan acelerado como el sueldo a los empleados del Mineduc.
Desde la creación de los programas de apoyo, en 2011, durante el gobierno de Álvaro Colom, la inversión por estudiantes y maestros ha permanecido prácticamente igual. La gratuidad ha representado un gasto de Q40 anuales por niño inscrito, cantidad que también se destina para el mantenimiento de las instalaciones escolares. También continúa la entrega de Q52.5 para que los niños puedan contar con cuadernos y lápices.
La valija didáctica, que incluye insumos para que los maestros puedan impartir clases adecuadamente, ha permanecido en Q220 por docente.
La excepción es la refacción escolar. Este programa de apoyo tuvo un pequeño incremento gracias a la Ley de Alimentación Escolar, que entró en vigencia este año y aumenta la inversión diaria por niño de Q1.10 a Q3.
Las cifras muestran la forma como han aumentado los rubros salariales aprobados en los presupuestos de los últimos años. Las remuneraciones de todos los maestros y personal administrativo del Mineduc en el 2011 representaban cerca del 63% del presupuesto total de esa dependencia, pero en el último ejercicio fiscal fue del 74%.
Esto revela que de 2011 a 2017 el rubro de remuneraciones pasó de Q5 mil millones 972 mil a Q10 mil millones 820 mil, lo que muestra un incremento del 45% en un lapso de seis años.
Los incrementos salariales en el Mineduc contrastan con el nulo crecimiento en los programas de apoyo. Del 2013 al 2017, lo presupuestado para la cuota de gratuidad del programa de primaria tuvo un crecimiento de un 13%, mientras que la valija didáctica para ese mismo periodo y nivel educativo se redujo en un 4%.
El nuevo pacto colectivo se acordó entre Morales y el STEG, pese a un déficit de más de Q500 millones para cumplir con el programa de refacción escolar. Según cálculos del ministro de Educación, Óscar Hugo López, podrían quedarse sin financiamiento para este programa a mediados del año.