Vian Morales estuvo tres años en Quetzaltenango, antes de ser nombrado Arzobispo Metropolitano de la Arquidiócesis de Santiago.
Al acto religioso asistieron devotos, seminaristas y sacerdotes de diferentes municipios del departamento, quienes viajaron para estar presente en la despedida de Vian.
Monseñor Mario Molina Palma, de la Arquidiócesis de Los Altos Quetzaltenango-Totonicapán, refirió que el propósito de la misa fue la de encomendar a Dios y unir la muerte de Óscar Julio Vian con la de Jesús, además para agradecer y pedir perdón.
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“Conmemoramos su muerte con la esperanza de la resurrección, sabemos cómo creyentes que la muerte no es una tragedia; es un dolor, pero es una puerta de esperanza en Dios y en Cristo por la fuerza del Espíritu Santo. Agradecemos el tiempo que estuvo en Quetzaltenango, siempre se caracterizó por la ayuda”, dijo Molina Palma.
El arzobispo Vian estuvo en Quetzaltenango durante tres años dirigiendo la Arquidiócesis, donde demostró su amor al prójimo y vocación de servicio, porque ayudó a muchos necesitados.
Mario Ixcot, directivo de la Hermandad del Señor Sepultado de la iglesia San Bartolomé, dijo que como familia recuerdan cuando vino a Xela desde Petén.
“Vinieron varias camionetas a dejarlo, estuvimos presentes y nos llenó de alegría porque era una persona especial, lamentablemente estuvo poco tiempo acá, pero lo recordamos como una persona dedicada al servicio de la iglesia, nos ha dejado muchas enseñanzas a la juventud y nos va a hacer mucha falta”, refirió Ixcot.
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Agregó que recuerdan las frases que decía, “Ánimo, ánimo ustedes son el futuro de Guatemala” y “Suba Señor mi Oración, como sube el Incienso en tu Presencia”.
María Coyoy, quien participó en la misa en memoria de Vian, lamentó su muerte, porque él además de predicar con el ejemplo siempre supo pronunciarse en contra de la corrupción en el país.
“Lo vamos a extrañar, pero deja como legado sus prédicas”, explicó Coyoy.
