Al preguntarles qué era lo que sabían se evidenció que no tienen claro que la consulta será para que el diferendo territorial, marítimo e insular sea llevado a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), la cual definiría los límites.
Expectativa
Miguel Ángel Cabrera, habitante de San José Las Flores, dijo que por las noticias se sabe de la consulta popular, pero que igual se necesita que alguien llegue para “concienciar” a la gente de qué significa esa acción, lo que conviene y lo que no.
“Por el momento no —hay mucho temor—, porque no llegan a las comunidades —los militares beliceños—. Antes entraban hasta acá. La gente está un poco más tranquila”, contó Cabrera.
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Ruth Esther Salazar, lideresa comunitaria, definió así lo que habrá el 15 de abril: “Va a ser la consulta popular para definir lo de la línea de adyacencia entre Belice y Guatemala. Esperamos en Dios que sea positivo”.
En cuanto a la situación de los soldados beliceños, agregó: “Eso ha estado bastante complicado, porque todos los que trabajaban en el área de adyacencia ya no han podido trabajar desde la muerte del niño, porque todos tienen temor de que vuelva a suceder lo mismo”, en referencia a la muerte del guatemalteco Julio Alvarado, de 13 años, el 20 de abril del 2016.
Carlos Alvarado, padre de Julio, se quejó de que el Ejecutivo no le cumplió con renovarle un contrato en el Ministerio de Agricultura y que se tuvieron que mudar a otra aldea por temor.
Joel Ramírez, otro vecino, coincidió en que “no termina el temor” ante la presencia eventual de militares beliceños.
Emprendimiento
Mujeres de varias comunidades de la zona de adyacencia reciben cooperación de la embajada británica a través de instituciones gubernamentales y oenegés como Asociación Balam y Visión Guatemala Futura, las cuales impulsan proyectos de emprendimiento, como la crianza de gallinas para la venta de huevos.
En San José Las Rosas está por implementarse, además, un proyecto para la venta de pan.