El país de América del Sur se convirtió en uno de los temas más importantes para México.
BBC NEWS MUNDO
Crisis en Bolivia: cómo es la poco conocida relación con México (y qué puede cambiar con el exilio de Evo Morales)
Históricamente Bolivia es un referente lejano para la mayoría de los mexicanos. Pero desde los últimos días ya no es así.
El asilo político otorgado al expresidente Evo Morales provocó una intensa controversia, y también roces diplomáticos con el nuevo gobierno de Bolivia.
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La decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido criticada por las autoridades bolivianas, e inclusive la mandataria interina Jeanine Áñez declaró que los mexicanos “me dan pena” por conceder el refugio.
También cuestionó que se permita al exmandatario mantener su actividad política.
“México tendría que exigirle a Evo Morales que cumpla con los protocolos de asilo, y no estar incitando al país con su afán prorroguista desde donde está” dijo la presidenta. “Eso es verdaderamente vergonzoso”.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) respondió a las críticas. La Constitución mexicana, advirtió, garantiza la libertad de expresión al expresidente.
En este escenario, muchos se preguntan cómo ésta crisis puede afectar la relación entre ambos países.
La relación
Hasta ahora el impacto es poco porque en realidad la relación entre ambos países siempre ha sido de bajo perfil, e inclusive muchos en México desconocen cómo son esos vínculos, coinciden especialistas consultados por BBC Mundo.
Desde 1867 cuando establecieron lazos diplomáticos la relación entre ambos países ha sido “simbólica”, explica Nicolás Loza Otero, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
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“Para México, Bolivia generalmente es algo poco relevante en términos comerciales y políticos” dice a BBC Mundo.
Por ejemplo desde 1995 existe un acuerdo mutuo de libre comercio, pero el intercambio de mercancías es menor en comparación con otras naciones.
En 2018 la balanza comercial entre los países fue de sólo US$137 millones, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía.
En ese mismo período el intercambio de México con Estados Unidos, su principal socio comercial, ascendió a US$97.148 millones.
Tampoco existe una afluencia turística importante. Por ejemplo, en lo que va de este año alrededor de 17.000 bolivianos han viajado a México.
Esta cantidad representa el 10% de los visitantes de América del Sur según informes del Instituto Nacional de Migración (INM).
La clave es Evo
Los números son una cara del peso de Bolivia para México y la política exterior que aplicó durante más de 30 años, coinciden especialistas.
Algo que empezó a cambiar con la elección del actual presidente Andrés Manuel López Obrador, quien decidió recuperar el vínculo con los vecinos del sur.
“Con su victoria hubo un cambio importantísimo, una suerte de vuelta de tuerca en una dirección más fuerte en materia de política exterior”, indica Loza Otero.
Un elemento central en este camino fue el gobierno del entonces presidente Evo Morales, con quien el mandatario mexicano mantiene una afinidad ideológica, señala Adolfo Laborde, investigador de la Universidad Anáhuac.
“No había un gran impulso de la relación México-Bolivia hasta que se da el cambio de la 4T” o Cuarta Transformación, como se conoce al movimiento de López Obrador.
“Se da la coyuntura y empieza a haber espaldarazos de Evo hacia el presidente de México y viceversa” dice Laborde a BBC Mundo.
Pero no está claro el tipo de acercamiento que empezó a construirse con Bolivia, dicen especialistas. “El tema es más político que económico o de un lazo histórico” advierte Laborde.
El investigador de Flacso coincide. “En realidad es un acto simbólico. Tiene que ver en cuánto se alinea México en un discurso internacional bolivariano”.
“O también en cuánto elige un discurso que sería más coherente con su postura de no intervención, parecido al que tuvo con Venezuela”.
Loza Otero se refiere al momento en que Juan Guaidó se proclamó presidente interino de ese país.
El gobierno de AMLO, como se conoce al presidente en México, mantuvo el reconocimiento a Nicolás Maduro como mandatario venezolano, y llamó a una solución pacífica al conflicto interno.
En todo caso el debate actual de algunos mexicanos sobre Bolivia no se refiere a ese país sino a Evo Morales, especialmente en la coyuntura que representa el gobierno de López Obrador.
“Representa un líder con grandes aciertos económicos que le dio pluralidad a Bolivia, representación a los campesinos, indígenas y mujeres” asegura Laborde.
Algo que en la actual administración se pretende rescatar para México. “Pero de eso a que Bolivia sea un marco de referencia, no. Podemos hablar de Evo, más allá de eso no“.
El futuro
En este escenario muchos se preguntan cuál será la relación con el gobierno interino de Jeanine Áñez.
Algo que se ve complicado y no sólo por las críticas de la mandataria boliviana, advierte Adolfo Laborde.
“Son dos regímenes opuestos, hay un viraje claro en Bolivia, se fractura lo que se había cosechado en los últimos 14 años como las alianzas regionales”.
El canciller Marcelo Ebrard dice que México “no vería con buenos ojos” a un gobierno que no emane de un proceso democrático y constitucional.
Y al mismo tiempo la presidenta Áñez reconoce que por lo pronto no se comunicará con López Obrador.
Por su parte, la canciller en funciones, Karen Longaric, cuando el periodista de la BBC Will Grant le preguntó si afectaría las relaciones de su país con México el exilio de Evo Morales, respondió: “Le transmití a la embajadora de México en Bolivia que estábamos muy dolidos por la actitud del señor López Obrador que estaba alentando una base operativa política desde su territorio para desestabilizar un gobierno constitucional de carácter transitorio en Bolivia”.
Y agregó: “lamentamos mucho que una institución como el asilo político, que históricamente México la ha respetado como uno de los pilares de los derechos que tiene el individuo, México la ha destruido, la ha vilipendiado. Yo me pregunto qué dice el pueblo mexicano, ¿valen más los intereses políticos de buscar intereses geopolíticos para una doctrina política, una ideología política, que el acervo histórico que tenía ese pueblo respecto a los derechos humanos y al asilo político?”.
Hasta ahora la controversia se mantiene en declaraciones. Los académicos consultados por BBC Mundo descartan que, al menos en el corto plazo, aumente la crisis.
“Realmente México podría ignorar ese tipo de comentarios” dice Nicolás Loza. “Los efectos sobre nuestra propia imagen en el mundo y del gobierno mexicano en el país no son muy relevantes”.