Según el análisis del estudio que publicó la revista Hypertension, determinó que por cada aumento de 10 milímetros de mercurio (mmHG), la unidad utilizada para la presión arterial, el riesgo a perder el embrión durante el embarazo aumentó en un 18 % en la población estudiada.
“Nuestros hallazgos sugieren que alcanzar una presión sanguínea saludable antes del embarazo no sólo podría tener beneficios más adelante en la vida, sino también reducir las posibilidades de pérdida del embarazo”, apuntó el autor principal del estudio, Enrique Schisterman, del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver (NICHD).
Los investigadores del NICHD analizaron los datos recopilados como parte del ensayo “Efectos de la aspirina en la gestación y la reproducción” (EAGeR), que buscaba determinar si una dosis diaria baja de aspirina (81 miligramos) podría prevenir el aborto en mujeres que tenían antecedentes de pérdida del embarazo.
El ensayo EAGeR analizó a más de mil 200 mujeres de entre 18 y 40 años y registró la presión arterial antes de que las mujeres estuvieran embarazadas y en la cuarta semana de embarazo.
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Los investigadores vieron un aumento en el aborto involuntario entre las mujeres embarazadas que tenían una lectura diastólica por encima de 80 mmHg -aproximadamente el 25 por ciento de los participantes-.
A pesar de los hallazgos, Schisterman y sus colegas señalaron que el estudio no prueba que la presión arterial elevada provoca la pérdida del embarazo, ya que es posible que otro factor aún no identificado pueda explicar este fenómeno.
Sin embargo, concluyeron que la relación entre la presión arterial antes de la concepción y la pérdida del embarazo seguía siendo la misma cuando contabilizaban estadísticamente otros factores que podrían aumentar la pérdida del embarazo, como el aumento de la edad materna, el índice de masa corporal o el tabaquismo.
“Nuestros resultados sugieren que una mayor investigación podría ayudar a determinar si tratar la presión arterial elevada y otros riesgos para la salud antes de la concepción mejora los resultados del embarazo”, añadió Carrie Nobles, colaboradora del estudio y miembro del NICHD.