Darío Pérez, albañil y vecino de la colonia Valle del Norte, opina que los tragamonedas son “juegos del diablo”, ya que él tiene esa adicción, la cual no le trae ningún beneficio. “Este juego es como la droga. Uno es consciente de que hace daño, pero no lo puede dejar”, refirió.
Agregó que ha perdido unos Q10 mil desde que llegaron esos juegos a su colonia, y aún lamenta haber perdido Q500 durante la Semana Santa.
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“Aún tengo rabia porque siempre pienso que no tengo que jugar, pero la tentación ahí está, y como —las máquinas— están en la vía pública es fácil caer de nuevo”, dijo Pérez, quien agregó que uno de sus hijos también ha perdido mucho dinero.
Piden que se retiren
Vecinos de las colonias Valle del Norte, Lo de Rodríguez y Vuelta Grande, zona 18 capitalina, se quejan por el aumento de máquinas tragamonedas en tiendas y abarroterías, lo que atrae a estudiantes de tres establecimientos educativos del lugar, con lo que se arriesgan en caer en la vagancia y en vicios.
Al caminar por la 6a. calle, en el camino entre Pinares del Norte y las colonias mencionadas, se observan varios negocios con ese tipo de aparatos, que son prohibidos por el Reglamento para Loterías y Juegos Similares, según explicó Fernando Lucero, vocero del Ministerio de Gobernación.
En la calle principal de la colonia Valle del Norte, al final de la zona 18, en cien metros funcionan unas seis máquinas, y es común que a cualquier hora del día los negocios donde se encuentran estén llenos de estudiantes y adultos, incluso pilotos del Transurbano.
Consuelo Ramírez, otra vecina de ese sector, afirma que teme ir a comprar a esas abarroterías porque varios de los sujetos que juegan en las máquinas están drogados o borrachos.
“Hemos acudido a la Policía Nacional Civil (PNC) y no han tomado cartas en el asunto. Exigimos a las autoridades que vengan a recoger las máquinas porque nos han quitado la tranquilidad”, demandó Ramírez.
Élida Alvarado y Joselina Pérez, también residentes de dicho lugar, se unen a la petición y coinciden en que a los niños les pueden causar problemas psicológicos esos juegos o incluso depresión, al perder el dinero que tenían destinado para la refacción.
Pérez contó el caso de una persona que se dedica a lavar carros y que se gasta en las máquinas el pago de cada servicio.
Carlos Sandoval, portavoz de la Municipalidad de Guatemala, informó que es deber de la PNC evitar este tipo de juegos en tiendas y abarroterías, pues a la comuna solo le corresponde regular el sonido en los establecimientos.
Pablo Castillo, vocero de la PNC, informó que a escala nacional efectúan operativos para frenar los juegos ilegales. Por ejemplo, recordó, recientemente inspeccionaron negocios en la cabecera de Huehuetenango.
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