Lleno de experiencia
No será la primera vez que el silbante de 34 años salga a escena en un duelo de alto calibre. Antes, en el 2014, estuvo en la final del Mundial de Clubes, y en el 2017, en la Copa Oro.
En su extenso currículo también sobresalen tres participaciones en las copas del Mundo Sub 20 y una en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
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“Me siento agradecido y bendecido con mi profesión”, señala López, quien combina el arbitraje con su faceta de comerciante, ya que, junto a su hermano Wálter, fundó una empresa de ropa deportiva.
“Mi rutina de trabajo inicia a las cinco de la mañana. Pero son estos tipos de nombramientos los que nos empujan a salir adelante”, dice, sonriente, mientras cumple con una sesión de recuperación muscular de rutina.
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“Nos tenemos que cuidar y recuperar de la mejor manera, como cualquier futbolista”, admite, luego de que en sus últimos dos partidos de la Liga Nacional —el jueves pasado, en el estadio Pensativo, y el sábado, en el Doroteo Guamuch Flores— recorrió 14 kilómetros.
Aunque no estará hoy al lado de su hermano Wálter, con quien ha compartido los mejores momentos en el arbitraje, Gerson solo piensa en representar bien al referato guatemalteco, después del duro golpe que significó quedar fuera del Mundial de Rusia 2018.
“Son cosas que pasan en el futbol. Ahora se me presenta una nueva oportunidad de poder representar al país a nivel internacional. Me llena de orgullo ser el primer árbitro asistente guatemalteco que participe en una final de la Liga de Campeones de la Concacaf”, indica feliz el padre de Catherine y las gemelas Danna y Daphne.
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