Si se los devolvemos en la fecha límite que nos dieron para pagar, entonces no nos cobran intereses. Si se los devolvemos después de esa fecha límite de pago, entonces sí nos cobran intereses.
Para un fácil uso de las mismas, a fin de que no caiga en problemas y saque un mayor provecho de su servicio, le comparto aquí dos claves que les enseño a mis estudiantes acerca del buen manejo de las tarjetas de crédito. Si hace estas dos cosas nunca caerá en problemas de pago, ni en atrasos que hagan después impagable el saldo.
Primera clave: lo que cargue a ellas, es porque de antemano sabe que tendrá el dinero para pagárselo en la fecha límite, o antes, para no pagar intereses.
Segunda clave: Pague el saldo completo y no solo el mínimo que le piden, para no dejar deuda pendiente por la cual le cobren intereses.
Mientras se pone al día con los pagos atrasados, le aconsejo que suspenda el uso de la tarjeta, para así no incrementar el saldo que ya debe.
No llegue nunca a deber más allá de un salario completo. En todo caso, con el Bono 14 o el aguinaldo saldría del embrollo para no sufrir consecuencias desagradables de cobro y de situaciones estresantes innecesarias, provocadas por negligencia y no por las tarjetas en sí.
Cualquier esfuerzo por salir de deudas y evitar sus desagradables y desgastantes consecuencias vale la pena hacerlo. De ahí que es importante esforzarse por hacer las siguientes cuatro cosas para conseguir dinero adicional al que ya genera, para poder hacer pagos extras al capital que debe.
Primero: Consiga actividades generadoras de ingresos adicionales. Segundo: Disminuya sus gastos, sacrificando algunos gustos y comodidades. Tercero: Venda todo lo que tiene en buen estado, pero no usa, no sirve o no produce un beneficio.
Cuarto: Use cualquier ingreso adicional al salario o ingreso regular como bono 14, de aniversario, aguinaldo o ahorro si es usted miembro de una Asociación Solidarista.
Recuerde que la solvencia y el buen nombre se pierden, pues al caer en mora somos víctimas de las llamadas “protectoras de crédito” que nos convierten casi en parias, sujetos indeseables y de riesgo para la obtención de créditos futuros.
La independencia o libertad financiera personal se pierde, pues caemos en una moderna esclavitud al salir día a día a trabajar para generar dinero para luego entregárselo a nuestros “amos” los acreedores.
Si ya tiene problemas con sus tarjetas, puede acudir a la Defensoría del Consumidor de la Procuraduría de Derechos Humanos para que le faciliten su apoyo jurídico y así sus derechos no sean menoscabados por ningún acreedor.
* eduardopalacioslima@ icloud.com