IMAGEN ES PERCEPCIÓN

La brasa caliente para María Porras

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Estamos estrenando nueva fiscal general del Ministerio Público, para dar continuidad al buen trabajo que han realizado los últimos tres fiscales generales Amílcar Velásquez Zárate, Claudia Paz y Paz y Thelma Aldana. Cada uno en su momento desarrolló un buen trabajo, que finalmente ha fortalecido esa institución, al punto que hoy es una de las de mayor credibilidad en el país.

El combate a la corrupción es una tarea complicada en un país donde las estructuras mafiosas están enraizadas en todos los sectores sociales; al final el gobierno solo viene siendo el reflejo de una sociedad corrupta. Y si no queremos aceptar ese hecho, jamás podremos empezar a cambiar.

Guatemala está atravesando por uno de los peores momentos en su historia política, estamos en medio de una lucha por la recuperación de importantes instituciones, salir de un Estado corrupto y transformarlo en un modelo de transparencia e instituciones sanas y funcionales.

No podemos olvidar que las mafias se niegan a ser disueltas y se han agrupado para fortalecerse, dando una guerra sin cuartel. En este grupo no solo hay funcionarios, sino también periodistas, medios de comunicación y cabecillas del crimen organizado. Todos ellos ejerciendo una fuerte presión para debilitar al MP y sacar de Guatemala a Iván Velázquez.

Por otro lado, están los grupos de izquierda tratando de desestabilizar al gobierno y “supuestamente” apoyando a la Cicig y al MP, pero no puede olvidarse que estas personas viven y se mantienen del caos y también tienen intereses ocultos; a ambas partes lo que menos les importa es el bienestar de Guatemala.

Por esta razón, la nueva fiscal general debe tener cuidado con quién se reúne, con quién se toma fotos, —esta situación de las fotografías es delicada, porque con el efecto “halo” (en imagen pública) pueden vincularla con personas de dudosa reputación o negras intenciones— y la misma recomendación debería seguir el comisionado de la Cicig. Porque después, imágenes circulando por las redes sociales les quitan credibilidad y le hace daño a sus respectivas instituciones, por lo que ellos deben cuidar su imagen al cien por ciento. Es mejor parecer un poco grosero y menos mediático, al no fotografiarse, que perder su credibilidad.

Por principio, la nueva fiscal general e Iván Velázquez no deberían asistir a ningún canal de televisión, ni radio, únicamente atender en sus despachos a la gente o en conferencia de prensa. No pueden olvidar que están en una batalla campal debido a su lucha contra la corrupción.

Ellos deben proyectar una imagen neutral en cuanto a su ideología ya que la corrupción aquí es ambidiestra. Por lo que sería mejor mantener una distancia prudencial con la gente.

Buena parte de lo que se ha logrado avanzar ha sido por el desempeño independiente de quienes condujeron procesos de alto impacto al frente del MP, aunque se cometieron errores en su momento, fueron más los puntos positivos por los que lograron un avance significativo. Por ejemplo, Claudia Paz y Paz no se atrevió a tocar al expresidente Álvaro Colom, quien la nombró; pero Thelma Aldana si tuvo la valentía de detener a Otto Pérez Molina y por eso la señora hizo historia.

En esta compleja coyuntura, hoy le entregan la brasa caliente a la abogada María Consuelo Porras, quien será la encargada de continuar el trabajo que inició Amílcar Velásquez Zárate o bien claudicar en la lucha contra la corrupción, lo que significaría un retroceso fatal para el país.

La primera prueba está a la puerta, la exfiscal general, Thelma Aldana, aseguró que “existen elementos abundantes” para presentar una solicitud de antejuicio contra el presidente Jimmy Morales. ¿Se atreverá la nueva fiscal a hacerlo?

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