Vilin afirma que esa ocupación ha forjado su carácter pues mucha gente “se burlaba de mi por mi aspecto físico”; no obstante, siempre ha contado con el apoyo y consejos de sus padres Milán Estuardo Jordán y Mirna Leticia Flores.
Aunque vive en Zacapa, a diario viaja a Chiquimula con su familia. Gracias a su entusiasmo logró graduarse de bachiller por madurez en Ciencias y Letras, y aunque afirma que pese ser voceador es desgastante prefiere continua con este trabajo.
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“Dios me proporcionó una familia hermosa y aunque no uso traje ni corbata tengo un trabajo honrado y estoy agradecido con Cristo por ello”, añade el joven, mientras entrega un periódico a un transeúnte.
Dentro de lo más difícil que Vilin a tenido que enfrentar, recuerda, es vender durante la época lluviosa y de frío pues esto hace que el periódico se moje o bien que poca gente se mantenga en las calles. Su sueldo depende de la venta del día. En promedio gana Q120 diarios; sin embargo, asegura algunas veces es menos.
Casi pierde la vida
En diciembre del años pasado, Vilin sufrió un atentado cuando viajaba a Chiquimula desde Zacapa a bordo de su motocicleta. En ese entonces dos sujetos le dispararon para robarle la moto, pero logró escapar con una herida en un pómulo de la cual ya se ha recuperado.
Isabel Lemus, comerciante, dice respecto a la labor de Vilin: “Es un ejemplo de trabajar honradamente y aquí en el mercado central lo queremos porque con su cortesía y su amabilidad se ha ganado el cariño de nosotros y esperamos que la vida le sonría”.
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“Yo lo conocí desde que era un niño y nunca lo he visto en malos pasos al contrario siempre apegado a los concejos de sus padres. Qué Dios le siga dando vida porque personas como él necesitamos más en nuestra sociedad”, agregó Carol Hernández, otra vendedora.
La realidad de Vilin, que vive de la economía informal, es la de 4.5 millones de guatemaltecos, quienes se han lanzado a las calles a vender cualquier cosa porque no encuentran un empleo formal.
Con jornadas que a veces son extenuantes de hasta 16 o 18 horas y sin prestaciones laborales, los millones de trabajadores de la economía informal, conforman el 67 por ciento de la población económicamente activa.
Perjudicial
Analistas aseguran que la economía formal afecta no solo a los trabajadores sino también al país, porque es un sector que no tributa.
El problema, comenta David Casasola, economista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), es que impacta en el crecimiento económico del país, porque las actividades que componen la economía informal son de poco valor agregado, difíciles de medir y de rastrear. Son ocupaciones económicas que no pagan impuestos y representa un duro impacto en la recaudación fiscal.
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