Según Ortiz, en el Preventivo le informaron a Barquín que había un virus y lo tenían que vacunar; de lo contrario, se iba a enfermar y no tendría ninguna responsabilidad la institución.
“Cuando lo inyectaron, lo sostuvieron cuatro personas para hacerlo. El efecto fue inmediato: le salieron unas llagas y se le puso colorado el pecho y la espalda, fue efecto de la penicilina que a él le pusieron”, explicó el abogado.
Agregó: “Él nos avisó que lo habían inyectado, y entonces tramitamos una exhibición personal para que lo trasladaran y que lo examinara un médico especialista. La jueza autoriza que lo trasladen al Hospital Roosevelt y cuando estaba por salir, el licenciado Barquín convulsionó, seguido a eso se desmayó y ya no reaccionó”.
Niegan responsabilidad
Rudy Esquivel, vocero de la Dirección del Sistema Penitenciario, descartó que en el Preventivo para Varones de la zona 18, lugar en donde guardaba prisión preventiva el exdiputado, hubiera una epidemia de cualquier tipo.
“Desde el miércoles las autoridades de Presidios han descartado que exista epidemia de alguna enfermedad de trasmisión sexual”, dijo Esquivel.
El portavoz aseguró que es respetuoso de cualquier denuncia pública o acción penal que promueva la defensa de Barquín.
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“Promovemos la trasparencia de las acciones públicas y reconocemos el derecho a realizar denuncias formales como lo establece la ley”, aseguró.
En este sentido, aseguró que la Dirección del Sistema Penitenciario no podría alterar ningún proceso y no podría obligar a nadie a someterse a un tratamiento médico en contra de su voluntad. “De hacerlo, se estaría cometiendo una acción sumamente ilegal”, refirió.
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