La rueda gigante está situada en la zona portuaria de la capital fluminense y ofrece vistas a varios de los puntos más emblemáticos de la urbe, como el Cristo Redentor, el Pao de Açúcar, la Bahía de Guanabara, o el mítico estadio Maracaná.
Una vuelta entera demora cerca de 20 minutos y en cada cabina pueden viajar un total de ocho personas.
La rueda estará abierta al público todos los días del año, aunque, en caso de condiciones climáticas adversas, como vientos por encima de los 54 km/h, cerrará porque la travesía dejaría de ser agradable para los usuarios, según los administradores.
Recibe energía de dos fuentes diferentes y además cuenta con un generador propio, por si se corta la energía.
En caso de que todas esas vías fallen, sería posible hacer girar la noria de forma manual, para lo que hay un equipo específico formado para llevar a cabo esa tarea.
Asimismo, cada una de las 54 cabinas tiene un botón de emergencias y es posible recibir atención psicológica, en caso de un ataque de pánico.
En estos primeros días, las entradas oscilan entre los 49 reales (unos US$12), si se compran por Internet, y los 59 reales (US$14), si se adquieren directamente en las taquillas del lugar.
Existe la opción de reservar una cabina entera para una persona sola o una pareja por 290 reales (US$70), con la posibilidad de decorar su interior y llevar comida y bebida para degustar durante la travesía.
En un acto celebrado en la víspera, el alcalde de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, dijo que la puesta en marcha de la noria supone un “hito” turístico para la ciudad.