El desequilibrio entre las calorías consumidas y una vida sin mayor actividad física es lo que ha causado que estas cifras aumenten, indica la OMS.
La presencia de esta condición aumenta las enfermedades cardiovasculares, —principalmente las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares—, diabetes y trastornos del aparato locomotor, como la osteoartritis. Además, la obesidad está asociada a casi 23 tipos de cánceres.
Ana Margarita Nuila de Villalobos, presidenta de la Federación Centroamericana y del Caribe de Obesidad y Metabolismo (Feccom), comenta que la persona debe estar consciente de que no es un problema estético, sino una enfermedad que afecta física y psicológicamente, por lo que requiere ayuda para ser tratada.
Nuila invita a buscar a un profesional que oriente a la persona en cómo comer, habituándole al ejercicio para tener una nueva forma de vida.
“El camino se complica cuando no se busca apoyo de una nutricionista o un médico y el tema se queda en dietas sin fundamento bajadas de internet o en consejos de otras personas que no están preparadas debidamente”, comenta Nuila. También, agrega que con una asesoría personal se obtienen dietas, ejercicios y fármacos que pueden ayudar a luchar contra el problema.
Héctor José Luna Sánchez, cirujano endoscopista, comenta que además existen tratamientos para pacientes con grados de obesidad elevados en los que aparecen las intervenciones invasivas.
Los expertos aseguran que en cualquier tipo de tratamiento, la ayuda psicológica es beneficiosa en el proceso. En especial, cuando se maneja ansiedad o algunos trastornos alimenticios, cuyo origen es indispensable tratar a la vez para lograr un tratamiento exitoso.
Hábitos saludables
La obesidad es una enfermedad crónica manejable que se define como el exceso de tejido adiposo a nivel corporal. En ocasiones comienza desde la infancia al momento de aprender hábitos alimenticios.
En el 2016, según las estimaciones, unos 41 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso o eran obesos. De acuerdo con la OMS, el sobrepeso y la obesidad se consideraban antes un problema propio de los países de ingresos altos, actualmente ambos trastornos aumentan en los países de ingresos bajos y medianos, en particular en los entornos urbanos.
Reducir los niveles de la enfermedad requiere de asesoría profesional, aunque cada persona es diferente, entre los parámetros generales están:
- Limitar la ingesta energética de la cantidad de grasa total y de azúcares. En especial, cuide o limite la ingesta de alimentos procesados.
- Aumentar el consumo de frutas y verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos. Evite caer en dietas que eliminen ciertos alimentos y reciba orientación para comer los diferentes grupos de una forma equilibrada.
- Ejercitarse, de preferencia un mínimo de 150 minutos semanales para los adultos. Se estima que solo con reducir un 7% del peso y hacer ejercicio de forma regular se reduce el riesgo de diabetes.
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