CON OTRA MIRADA

II Foro ¿Qué ciudad queremos?

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De las manifestaciones físicas de las culturas precolombinas que ocuparon el territorio mesoamericano subsisten impresionantes centros ceremoniales y otros vestigios muebles e inmuebles. Las fundaciones urbano-arquitectónicas de la cultura occidental implantadas a partir de la presencia española, en 1524, se mantuvieron ilesos hasta los terremotos de 1976, que devastaron gran parte de ellas. El deterioro que siguió fue por descuido y desconocimiento de su importancia, pero sobre todo, por falta de planificación que permitió que intereses individuales, políticos y económicos, desfiguraran aquello que fue fuente de identidad cultural, haciendo de esos pueblos y ciudades, algo feo e inhóspito. Escapan de esa realidad los centros históricos de Guatemala y Quetzaltenango, ciudad Flores y desde luego, La Antigua Guatemala.

La histórica ciudad quedó protegida en 1969. Desde entonces, grandes han sido los esfuerzos por su conservación, pero de al menos 20 años atrás, quedó a merced de la especulación comercial que incide en el valor y uso del suelo, llevándola al punto que la ubica con un pie fuera de la lista de patrimonio mundial. En 2010, las asociaciones de Vecinos Salvemos Antigua y de Arquitectos Diego de Porres, presentaron a Unesco una documentada denuncia sobre su deterioro, dada a conocer a las autoridades locales que nada hicieron.

En la actualidad, ante la plusvalía que la tierra adquirió luego de 46 años de conservación, la ambición se ha exacerbado, dando como resultado que una institución espuria, el Programa Nacional de Competitividad (Pronacom), gestionara un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por US$3.5 millones para elaborar planes de ordenamiento territorial para La Antigua Guatemala y tres municipios a su derredor; estructuras administrativas que integraron la ciudad de Santiago de Guatemala entre 1543 y 1773, cuando la ciudad fue trasladada al valle de La Ermita.

Pronacom no tiene idea de qué es la planificación territorial, pero se permitió hacer caso omiso de instrumentos técnico-legales existentes, aportados por la cooperación internacional y el esfuerzo local de vecinos organizados, puestos a su disposición, gastando injustificadamente esa cantidad de dinero que los guatemaltecos habremos de pagar. De cualquier manera, el trabajo está en curso, por lo que los vecinos organizados, aglutinados en el Consejo Cívico de Vecinos de LaAG, han participado en las reuniones y talleres informativos. El pasado 28 de febrero, con el apoyo de 9 asociaciones más, celebró el Primer Foro ¿Qué ciudad queremos?, importancia de la planificación del territorio, ofreciendo información a la población sobre aspectos técnicos.

El próximo martes 24, a partir de las 17:00 horas, se llevará a cabo el Segundo Foro en La Compañía de Jesús, sede del Centro de Formación de la Cooperación Española. El objeto de esa nueva actividad es exponer la importancia de la planificación del territorio, y en particular lo que eso significa en una ciudad histórica como La Antigua Guatemala, en su calidad de patrimonio cultural de la humanidad.

Evidentemente el riesgo que corre un bien cultural protegido es directamente proporcional a cómo se conceptualice su conservación y desarrollo. La Antigua Guatemala no es solo el casco fundacional. De ahí que las actuales aldeas, rodeadas de fincas de café, son sin duda alguna los más importantes focos de atención para ser desarrollados, acción que al mismo tiempo garantizará la conservación de la histórica ciudad, objeto a proteger, ajeno a intereses comerciales y económicos de particulares.

En otras palabras, una correcta planificación territorial generará bienestar general, del que podrán beneficiarse todos, sean pequeños, medianos o grandes actores de esta importante ciudad.

jmmaganajuarez@gmail.com

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