En él, un par de amigos se preguntan por qué son tan pobres que no tenían ni para darse un pequeño gusto y por qué un amigo de la infancia vivía en la abundancia. Ellos querían saber por qué si los tres, habiendo nacido de padres pobres, crecido en el mismo barrio pobre y estudiado en el mismo ambiente pobre, ellos seguían siendo pobres y su amigo había llegado a ser el hombre más rico de su ciudad.
Para conocer la respuesta, deciden ir a preguntarle a su amigo, quien les comparte las siete claves para hacerse rico, a las que llama Las siete claves para un bolsillo vacío.
- Primera clave: aparte el 10% de sus ingresos para hacerse poco a poco de un capital.
- Segunda: Si aumentan sus ingresos, no deje que aumenten sus gastos, pues si estos no eran necesarios antes, tampoco lo deberían ser ahora.
- Tercera: Haga que su dinero se aumente o multiplique invirtiendo sus ahorros. También invierta los intereses, rentas o ganancias que generen sus inversiones.
Piense que cada billete invertido es un esclavo que trabaja para usted.
- Cuarta: Invierta con precaución. Invertir no se trata de tomar riesgos no meditados, si no bien estudiados.
- Quinta: Una parte del 90% de sus ingresos que quedan para vivir la utilizará para vivienda, lo cual no necesariamente significa comprar casa. En ciertos casos puede ser mejor alquilar una y no comprarla, si el dinero que utilizaría para ello lo invierte en algo que genere ingresos.
- Sexta: Piense para cuando ya no pueda trabajar más. Es importante que tenga un flujo de entradas para ese momento. Busque tener varias fuentes de ingresos. Piense en fondos de retiro, bienes inmobiliarios, etc.
- Séptima: Desarrolle su conocimiento financiero para llegar a tener riqueza.
Para controlar el gasto hay que controlarse a sí mismo. Controlarse en los gastos significa refrenarse o limitarse, y no ceder o claudicar ante el deseo natural de querer siempre gastar más. Aquellos que no han sido capaces o no han aprendido a ponerse límite o control a sí mismos son candidatos a gastar más de lo que deben y fracasan en lo económico.
Usted podrá apegarse a su presupuesto solo si evita darse permisos y concederse licencias a la hora de gastar en lo que no planeó. El dominio de uno mismo es indispensable para disciplinarse en hacer lo que se debe hacer, y dejar de hacer lo que no se debe hacer.
Dominio propio es obligarse, no darse permisos y no ser autoindulgentes, lo cual es indispensable para administrarnos a nosotros mismos. Si somos capaces de controlarnos a nosotros mismos, entonces seremos capaces de ejercer control sobre nuestros asuntos financieros y nos irá bien.
* eduardopalacioslima@ icloud.com