El incendio ocurrió en la 7a. calle de la zona 1, en el Centro Histórico de Xela, el 3 de agosto pasado, las llamas consumieron dos viviendas y un restaurante y las pérdidas se calcularon en Q1 millón. El inmueble de la familia Pacajoj Reyes está en medio de las casas que fueron devastadas por el fuego, pero gracias a la intervención de vecinos y bomberos, solo hubo daños leves.
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Esta forma de actuar de esta familia es inusual, pero es una muestra de comprensión del esfuerzo de los que los ayudaron.
Magaly Pacajoj de Reyes, propietaria de la vivienda, indicó que no buscan protagonismo sino que resaltar el valor del trabajo bomberil. “Para nosotros fue bastante difícil vernos entre dos fuegos, pero nuestros abuelos nos enseñaron el valor del agradecimiento, por eso se nos ocurrió compartir pan con los vecinos y todos los que ayudaron a que no se quemaran nuestras pertenencias”, explicó Pacajoj.
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La familia también agradece a los bomberos de otros municipios y estudiantes del Colegio de Estudios Integrados quienes con cubetas y en cadena ayudaron a trasladar el agua utilizada para que el fuego no se extendiera a su vivienda.
“Gracias a la prontitud de los que nos cooperaron estamos aquí para contar la historia, queremos decirles que siempre que los bomberos necesiten ayuda estaremos allí, muchas veces pensamos que no nos puede ocurrir algo así; sin embargo, nadie está a salvo”, agregó Pacajoj de Reyes.
El pan de yemas o tradicional se acostumbra a preparar en Semana Santa y tiene un significado especial para los quetzaltecos; también se lleva como reliquia en las pedidas de matrimonio, se reparte en velorios y para fechas especiales.
Bomberos, en sus cuentas de redes sociales, agradecieron a la familia por el gesto y reiteraron que ellos hacen su labor con amor al prójimo.
Vecinos también agradecieron a la familia la repartición de pan, porque es una muestra de humildad, pese al impacto que les dejó el siniestro del 3 de agosto.
La vivienda más grande fue devastada por las llamas y ahora solo quedan escombros y objetos entre cenizas, un restaurante y otra vivienda donde habita un señor de 70 años se quemaron totalmente.
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