¿Cómo visualiza el futuro del corredor seco?
El panorama a futuro para el Corredor Seco es complejo. Por una parte, es importante considerar que la frecuencia de eventos en esta región en los últimos 20 años ha tenido impactos negativos al inhibir el progreso de familias afectadas. Por otra parte, se debe analizar cuáles han sido los impactos de las medidas implementadas desde hace casi 20 años para contribuir a elevar la resiliencia de las comunidades en riesgo, en particular sus medios de vida. Es importante deducir a partir de investigaciones socioeconómicas cuáles han sido los éxitos de las distintas medidas implementadas a lo largo de los años para construir un modelo de desarrollo local con las medidas más exitosas.
Reconociendo que muchas de las regiones del Corredor Seco son áridas y que algunas están situadas en zonas montañosas, es imperante que se haga esfuerzos para evitar la erosión de suelos fértiles en estas zonas de alta pendiente, que se considere programas de reforestación con especies adecuadas a los microclimas y que la población encuentre nuevos medios de vida que les ayude a mejorar su resiliencia. Sin duda alguna, la educación a todo nivel debe ser una prioridad para minimizar la dependencia en la agricultura, sobre todo la de subsistencia. Las universidades pueden jugar un papel importante al investigar la vulnerabilidad diferencias de diversas comunidades y sectores para diseñar programas para confrontarlas y reducirlas.
Además: Los departamentos que forman el corredor seco
¿Quiénes se deben involucrar?
Diversas instituciones del Estado, del sector privado y de la sociedad civil deberían pensar en la implementación de un sistema de alerta temprana para sequías y otras amenazas en el Corredor Seco que ayude a las autoridades, los tomadores de decisión y a la población vulnerable a tener información precisa y oportuna sobre la posible manifestación de este tipo de anomalías climáticas y sus impactos en diversas comunidades y medios de vida. Dicho sistema se debe nutrir de información local sobre comunidades y medios de vida vulnerables y deber incorporar a las comunidades vulnerables como actores claves del sistema, indicándoles que medidas deben implementar en caso de que el sistema alerte sobre potenciales anomalías climáticas y otros eventos. Lo importante acá es que el Estado, las comunidades y sectores vulnerables sepan cómo reaccionar a las alertas y de esta forma minimizar los impactos.
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