El jugador se marchó del estadio Eloy Molina Robles, de Huanta, en un vehículo de la Policía Nacional, pero se negó a ser esposado bajo el argumento de que él es futbolista y ese objeto es solo para los delincuentes.
En la Copa Perú, conocida popularmente como el “fútbol macho” por las duras condiciones y recursos limitados que deben enfrentar sus participantes, el premio del campeón es ascender a la primera división, pero en el transcurso suelen darse todos los años las incidencias más atípicas y curiosas del deporte rey.
Sobre las canchas de ese país ocurrieron situaciones tan singulares como que una manada de vacas irrumpa en el terreno de juego e interrumpa el partido, una abeja pique al árbitro y retrase el inicio del encuentro, o que el partido termine en batalla campal, algo bastante frecuente.
En uno de sus cotejos del mes pasado, un árbitro aplicó por primera vez en Perú el videoarbitraje (VAR) de manera rudimentaria e improvisada, al revisar una jugada en la pantalla de una cámara fotográfica para confirmar la validez de un gol.
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