De esa cuenta, la pertinencia cultural se ve debilitada en los puestos de salud, centros de salud, Centro de Atención Integral Materno Infantil (CAIMI) y en los Centro de Atención Primaria (CAP), ya que la población indígena no es atendida en su idioma materno.
El monitoreo se desarrolló en 87 municipios de San Marcos, Huehuetenango, Quiché, Chimaltenango, el área Ixil, Totonicapán y Quetzaltenango, donde se visitó 253 servicios, ocho más que la revisión efectuada el año pasado.
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Se verificó seis de las acciones de la Ventana de los mil días: promoción y apoyo a la lactancia materna, alimentación complementaria, lavado de manos y prácticas de higiene, suplementación de Vitamina A, de zinc terapéutico, micronutrientes, además de la desparasitación y vacunación.
Hallazgos
En el campo se verificó que la cantidad de auxiliares de enfermería se redujo levemente en la atención nivel uno, en los municipios de Barillas, la Democracia y Cuilco en Huehuetenango.
De 69.5%, en el 2017, este año el porcentaje de personal capacitado en acciones de nutrición en la Ventana de los mil días descendió a 61.5%, en el primer nivel de atención, contrario a lo que se reporta en el segundo nivel, donde se ubica a los centros de salud, pues de 62% se dio un salto al 74%. Un aspecto que favorece en el combate de la desnutrición en el país, que llega al 46.5%, según la Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil (ENSMI) 2014-2015.
Según el reporte, en los servicios de salud se cuenta con equipo antopométrico necesario y en buen estado para atender a la población.
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En el tema de la infraestructura, se reporta mejoras leves, pero sigue habiendo servicios sanitarios deficientes, filtraciones de agua en los edificios, paredes deterioradas, más allá de ellos, los espacios se vuelven insuficientes para atender a la población que va en aumento.
El abastecimiento de medicamentos no ha mejorado, durante el monitoreo se evidenció que hay menos disponibilidad de vacunas TD (tétanos y difteria), SRP (sarampión, paperas y rubéola) y OPV (contra la polio), en lo que se refiere al segundo nivel de atención, mientras que BCG (contra la tuberculosis), Hepatitis B y la Pentavalente no son suficientes en el primer nivel de atención.
Una de las conclusiones a las que llega el informe presentado Alianmisar, elaborado en cooperación con la Red Nacional de Hombres, Jóvenes artistas por la justicia social y la Procuraduría de Derechos Humanos, indica que la aplicación de las vacuas se reduce después de los dos años, cuando el esquema debería completarse hasta los cinco años.
La escasez de la Vitamina A para la suplementación de niños entre 6 meses a 12 meses fue evidente en el monitorio, lo cual resulta perjudicial para la salud de los menores. La carencia de esta en el organismo aumenta el riesgo de contraer infecciones graves, resequedad en la piel y puede causar ceguera.
Sin embargo, se observó que la situación para los niños en las mismas edades, mejoró en la aplicación de micronutrientes espolvoreado, aunque esta se reduce conforme el niño va creciendo.
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