La cartera tenía destinado Q1 millón 125 mil para reparar los edificios que han funcionado como albergues o centros de acopio -alrededor de 25 establecimientos- pero la cooperación internacional ofreció hacerse cargo de los trabajos, según el funcionario.
“Eso nos permite hacer un reordenamiento económico y utilizar esos fondos para cosas complementarias al remozamiento, siempre en las escuelas de Escuintla y de Alotenango, que fueron las más dañadas”, agregó.
Los estudiantes que cedieron sus centros de estudio a las víctimas de la erupción esperan impacientes el traslado de los damnificados a los albergues transitorios unifamiliares (atus), pues debido a la tragedia el ciclo escolar ha sido irregular.
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Henry Torres, director Departamental de Educación en Escuintla, informó que los establecimientos que continúan como albergues son
- Instituto Nacional Simón Bergaño y Villegas
- Instituto Experimental Carlos Samayoa Chinchilla
- Escuela Oficial Urbana Mixta Tipo Federación José Martí
- Escuela Oficial Urbana Mixta J.M. Murray D. Lincoln
- Instituto Nacional de Perito en Mercadotecnia y Publicidad
“Más de cinco mil estudiantes de preprimaria, primaria, básico y diversificado están afectados, hemos buscado soluciones como ubicarlos en otros espacios, aunque reconocemos que no son los adecuados, pero lo que se busca es que no se atrasen en el año lectivo”, señaló Torres.
Los más afectados
David de Villa, presidente del Consejo de Padres de Familia del Instituto Nacional Simón Bergaño y Villegas, señaló que en ese establecimiento hay mil alumnos de básico y diversificado, que al principio de la emergencia no recibieron clases durante más de 15 días.
Los menores fueron trasladados al Centro Cultural de la cabecera, pero el espacio es insuficiente para alojar a todos. Pese a que se usan los corredores y el patio, los estudiantes deben turnarse, y cada sección recibe clases dos veces por semana; además, no hay mobiliario.
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“Duele el cuello cuando estamos estudiando, porque no tenemos escritorios, solo usamos una silla y el cuaderno lo tenemos que colocar en las piernas para copiar. El profesor tiene que usar carteles para dar la lección, ojalá hagan algo pronto”, dijo Amílcar Melgar, estudiante de segundo básico del instituto.
En similar situación están unos 300 niños de preprimaria y primaria de la Escuela Oficial Urbana Mixta J.M. Munray D. Lincon, en la colonia El Modelo zona 2 de Escuintla. Desde la tragedia, permanecen en el campo de futbol de la colonia, pues el edificio continúa ocupado por los damnificados, según Laura Salazar, madre de familia.
En ocasiones, agrega, la lluvia afecta a los estudiantes, pues se forman posas de agua, y debido a la humedad algunos niños presentan enfermedades respiratorias, hongos y granos.
“Nosotros estamos de acuerdo en salir (del albergue), siempre que nos lleven a un lugar adecuado, ya que lo hemos perdido todo y no tenemos a donde ir, mejor si nos llevan a las casas que está haciendo el Gobierno, para estar todos los vecinos en un mismo lugar”, expresó Santos López, damnificado.
Traslado de albergados
“La velocidad del traslado no depende directamente del Ministerio de Educación, sino de una estrategia nacional abanderada por una mesa multisectorial, la cual procura que las personas vayan a un lugar más seguro y en mejores condiciones para ellos, como son los atus”, refirió el viceministro.
El gobernador de Escuintla, Guillermo Domínguez, manifestó que están agilizando la construcción de los atus para movilizar a los damnificados y espera que en los próximos días la situación se solvente.
De acuerdo con la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastre (Conred) aún hay 2 mil 224 personas en los albergues. La próxima semana se comenzará con la tercera fase del traslado de damnificados a los atus. Por el momento hay 501 personas en los albergues de transición de la finca La Industria, en Escuintla, y 599, en la finca Santa Isabel en Alotenango, Sacatepéquez.
Abraham Rivera, alcalde de Escuintla, propone utilizar de nuevo el Gimnasio Municipal Abner Casasola, ubicado en la zona 2, para ubicar a las familias y desocupar los centros educativos y que el ciclo lectivo se normalice.
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